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Jorge Rial no quiso tropezar dos veces con la misma piedra y, además de expresar su molestia por el típico delay que existe en las conversaciones por videollamada, retó en vivo a sus compañeros de Intrusos con el objetivo de que no vuelvan a romper el aislamiento social y obligatorio en vivo y en directo por la pantalla de América.
El móvil del programa estaba ubicado en una escuela del barrio de Palermo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en la que se le está aplicando la vacuna antigripal a las personas mayores de sesenta y cinco años que no tengan PAMI ni obra social. El cronista le acercó el micrófono y un auricular a Evangelina, una de las encargadas, y así se intentó entablar un diálogo con el conductor, que permanece en su casa, y Adrián Pallares, Guido Záffora y Marcela Tauro en el estudio.
La entrevistada le respondió a Pallares que solo la gente que vive en Capital Federal puede acceder a vacunarse en ese establecimiento, al igual que en otros colegios e iglesias, y también comentó que en su sede, al menos hasta ese momento, asistieron cincuenta personas.
Antes de que el movilero pueda continuar, Rial lo interrumpió e hizo un pedido muy claro. “Chicos, paren. Vamos a ordenarnos, vamos a ordenarnos porque así no podemos salir. En serio se los digo”, expresó el conductor con firmeza.
“No podemos seguir haciendo notas con cucaracha (el auricular). En este momento no podemos tener acercamiento. No los estoy viendo, pero paremos con eso. Demos la información, mantengamos la imagen y mantengamos el aislamiento. Es lo único que les pido, tranquilidad con eso. No rompamos nosotros ni demos el ejemplo que no queremos dar”, le dijo Jorge a su equipo.
De esta manera, el conductor evitó una situación similar a la acontecida días atrás cuando Pablo Layus ingresó al hall del edificio en el que vive Mónica Farro junto a su novio, hecho que suscitó su enojo y el de Marcela Tauro, y que también deba pedir disculpas a través de las redes sociales una vez finalizada la emisión del programa.
L.L.
