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El coronavirus atacó la economía y arrasó con las actividades sociales, culturales y masivas. Pero también, y no menor, obligó a la televisión a reinventarse. Así como América decidió suspender la tribuna de Pasión de sábado para evitar el contacto innecesario de un gran caudal de personas, Marcelo Tinelli ya analiza qué hacer con el Bailando.
Así lo confirmó Rodrigo Lussich en Intrusos en uno de los 5 "escandalones", dinámica en la que cada escalón al que se sube contiene un escándalo del espectáculo y el primero es el más estruendoso. Uno de ellos fue una bomba de tiempo, que iba a explotar en breve, pero que el periodista se encargó de adelantar. "No sabe si vuelve o en qué condiciones, Marcelo Tinelli. Porque se puso a pensar, ¿cómo arma el programa con los coach, los bailarines? es de mucho contacto", lanzó sobre las decisiones de "El Cabezón".
En la misma línea añadió: "Ya se descarta tribuna y tiene una complicación real. Tiene tema con los bailarines, la gente, hay mucho roce en ese lugar, el entrenamiento, cómo se preparan las parejas, los trucos, los que los maquillan y los grupos en los gimnasios que alquilan, no está fácil".
"No es un detalle menor, la tele es para quien la mira en la casa. Por supuesto. Pero Tinelli arma un micro clima a su alrededor. Tiene como 'un ballet' que le danza en torno a él. Lo aplauden, le dicen bravo, entre otras cosas. Sin eso ¿qué hace?", continuó preocupado Lussich, frente a lo que Jorge Rial lo interrumpió y sumó : "Sin eso se muere".
Como podemos ver, el coronavirus dejó todo boca abajo a su paso. Mercados desplomados, supermercados desabastecidos, sistema sanitario al borde del colapso, actividades culturales canceladas, recitales internacionales postergados hasta nuevo aviso, cuarentena obligatoria para extranjeros y deseable para el resto de la población, pero entre sus efectos, también le dio un revés a la televisión que deberá encontrar estrategias para seguir de pie, pese a la crisis mundial por la pandemia y todas sus consecuencias. Tiempos difíciles.
A.A
