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El 2020 no ha sido el mejor año de Jimena Barón en cuanto a las cuestiones de salud. Recordemos que, además de un problema a principios de año, también vivió un angustiante y violento momento en las redes sociales que la derivó a tener asistencia psicológica, y hasta tuvo un doloroso accidente casero con Morrison.
Ahora, la cantante compartió un extenso y reflexivo escrito en las redes sociales en el que contó cómo afronta tener un quiste en las cuerdas vocales que la deja sin voz por momento.
"No te disfruté tanto como te tendría que haber disfrutado. Me diste pánico porque siempre fuiste mi sueño y te cumpliste. Me costaste la vida, te di todo, mis historias, mi corazón, mis letras, todos mis ahorros, mis miedos, errores, todo”, inició modo de recapitulación. “Tuve que entrenar fuerte para llegar con el aire y poder cantar en vivo, tuve que ensayar coreografías que me cuestan mucho, tuve que enfrentar mi miedo de hacerme un estudios y confiar que tengo un quiste en una cuerda vocal que me deja sin voz todo el tiempo, tuve que quedarme sola en un hotel, muda, sin poder cenar o compartir el tiempo de gira con el equipo. Armamos un show con un staff de 25 personas, me gasté toda la guita en intentar deslumbrarlos, en músicos talentosos, bailarinas, escenografía, visuales".
Tuve que entrenar fuerte para llegar con el aire y poder cantar en vivo
"Vi siempre errores, sólo veo errores y cosas que podría haber hecho mejor. Me odio, me sofoco a mí misma. Salimos de los shows sold out saludando a la gente amontonada del otro lado de las vallas, me gritan que me quieran, me agarran fuerte. ¿Me conocen? Ni yo me quiero así tanto. Llego a casa sola, con la valijita de gira, con un maquillaje que fuera del show y en joggings se ve rarísimo, Morrison ya dormido, descongelo comida. Pienso en que todo salió mal”, contó, dejando a la vista su autoexigencia.
En este sentido, también la afecta la polémica que se genera en los medios y las redes con las temáticas de sus canciones. “Mientras, en la tele habla mierda de mí yo me siento para la mierda, lloro. Quisiera no tener show. Hay que seguir, La Cobra. Salgo al escenario y me siento una desagradecida. Agradezco, lloro. Me acuerdo de todos los que me dijeron que no iba poder, de los productores que cuando educadamente rechacé laburos contándoles que iba ser cantante me ningunearon en la cara tratando de hacerme sentir una ridícula”.
"Me abrazo, dejo de fajarme un rato. Entiendo que la mujer independiente que logra sola es una amenaza para muchos. Que gozar y ser mujer aún es un tupé. Entiendo que si fuera hombre no sería ni osado, ni controversial, ni escandaloso, sería alto macho que sabe lo que quiere, que tiene los huevos bien plantados”.
Más reflexiva que nunca, Jimena completó: “Entiendo que la presión es el modo de que flaqueemos y nos hagamos más pequeños. Un hechizo casi subliminal que funciona porque nos lo meten como un virus, ni lo vemos, pero está. Nos tocó más jodido, si, pero nos tenemos para ayudarnos a sacarnos las mochilas. No nos hagamos más mierda entre nosotras, es una trampa, también. Estoy trabajando para quererme tanto como algunos de ustedes. Estoy tratando de verme sin el trajo de la cobra y de quererme igual, con lo no resuelto, con el pánico, con lo roto”.