Compartí esta nota
Rodolfo Barili puso en su boca las palabras que muchos argentinos dijeron cuando conocieron lo que expresó el fiscal Fernando Rivarola esta semana, explicando una violación grupal como “desahogo sexual”, y sin ningún tipo de filtros, lo trató de “hijo de puta” en vivo y en directo durante la emisión de Telefe Noticias y le lanzó una fuerte advertencia al magistrado Marcelo Nieto di Biase.
Muy emocionado, el periodista miró a cámara e hizo un contundente descargo con el que deseó que el juez a cargo de la causa de la joven que denunció ser abusada sexualmente en una fiesta privada en Playa Unión, Chubut, no acate lo dictado por el autor de la terrible frase que provocó el repudio de miles de personas.
“Si el juez Marcelo di Biase homologa este aberrante dictamen del fiscal, los violadores de la menor de edad van a quedar en libertad. Sepan que los estamos mirando. ¿Quiénes? Nosotros, los que no podemos haber estudiado leyes, pero sabemos lo que significa la palabra Justicia”, consignó el compañero de Cristina Pérez.
“Los miramos nosotros, los que sí sabemos qué es un violador: que un violador es un violador. Que una víctima es una víctima, y que un hijo de puta es un hijo de puta. Eso no figura en el Código Penal, pero lo entendemos todos, eh”, sentenció el conductor de Telefe.
El impactante momento de Barili se viralizó en las redes y él se convirtió en objetos de muchos elogios. Casualmente, esta semana otra figura del mismo canal criticó al fiscal. Fue Verónica Lozano a través de Twitter, tildándolo de “mierda de persona” y “sorete”, al igual que a los acusados por la joven cuya identidad es reservada.
La controversial expresión "desahogo sexual doloso" fue utilizada por Rivarola en el pedido de juicio abreviado contra tres de los denunciados, La víctima relató que perdió la conciencia en ese encuentro ocurrido en 2012, y que su amiga la encontró en una habitación siendo abusada por un grupo de cuatro varones: Ezequiel Q., Leo DV., Luciano M. y Robertino V, mientras que Joaquín P. era testigo y Tomás S. sostenía la puerta para que nadie pudiese ingresar o salir.
L.L.