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En uno de los peores momentos de su carrera como consecuencia del repudiable video en el que un cordero es arrojado a la pileta de su casa desde un helicóptero, Laura Bernasconi sufrió un nuevo golpe a raíz de la divulgación de una vieja foto suya colgada a ese tipo de aeronave que provocó que reciba descaradas burlas en las redes sociales.
La imagen data de 1996 y es del fotógrafo Santi Turienzo, pero más de veinte años después, la postal se transformó en una pesadilla para la modelo, debido a que sonríe agarrada de los patines de aterrizaje del método de transporte que tantos disgustos le está dando en estos días, y la situación se vuelve aún más irrisoria cuando se lee la publicación que ella hizo en noviembre de 2016 en la red social Instagram.
“¡¡¡¡20 años atrás!!!! ¡¡¡Una de las producciones en que mejor la pase!!! Gracias @santiturienzo y @sofiadelger”, escribió la pareja de Federico Álvarez Castillo en su cuenta, sin saber claramente que su posteo provocaría un sinfín de comentarios hacia su persona, resaltando además la casualidad de justo haber hecho una producción fotográfica con un helicóptero.
Tras la difusión del aberrante video, Álvarez Castillo fue acusado de maltrato por una periodista que relató la mala experiencia que pasó con él cuando tuvo que entrevistarlo y también fue denunciado por Javier Volonté, dueño del country en el que la pareja se instaló en José Ignacio, Uruguay, quien desmintió ante la Policia del Departamento de Maldonado la versión que el dueño de Etiqueta Negra había dado ante los medios, asegurando que él le dijo que “el cordero era un regalo de los Reyes Magos para sus hijos”.
Por su parte, Bernasconi negó reírse del animal que se había creído que era un chancho cuando este cayó a la pileta, pero el archivo de sus carcajadas en distintas entrevistas televisivas la pone en jaque, dado que lo que se escucha en la grabación es de un timbre de voz muy similar al suyo, una prueba que sin dudas la compromete teniendo en cuenta que ella afirmó previamente ser una proteccionista.
L.L.
