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Como suele suceder en días de estrenos, la previa de la obra “Closer” fue un caos de personas desorientadas entre invitados y el público curioso por ver una obra basada en la infidelidad, el apego tóxico y el masoquismo en el Multiteatro Comafi.
Sofia Gala Castiglione interpreta a Alice, Juan Gil Navarro a Larry, Carolina del Carmen Peleritti a Anna, y Gonzalo Valenzuela a Dan. Todos protagonizan esta historia basada en la comedia dramática de finales de los noventa del londinense Patrick Marber (quien también fue guionista de “Cincuenta sombras de Grey”) y que hoy es dirigida por Corina Fiorillo, quien ganó recientemente un premio Konex por su labor como directora de teatro.
Si bien “Closer” tuvo su fama y excelentes críticas en Londres reuniendo premios como Laurence Olivier/BBC a Mejor Nueva Obra de Teatro y el Premio London Critics’ Circle, su mayor éxito fue la versión en el cine de 2004 (con grandes nombres de Hollywood: Julia Roberts, Clive Owen, Natalie Portman y Jude Law).
Para quien vio la película estadounidense, se dará cuenta enseguida que la obra argentina está basada absolutamente sobre esta versión y funciona. Pero, como suele pasar en las primeras funciones de este tipo de producciones, hubo todo tipo de contratiempos que influyeron en el comienzo.
Para empezar las personas aún no entienden que deben apagar sus teléfonos antes de que comience la obra, los celulares prendidos con tonos de llamadas y hasta gente escuchando audios de Whatsapp en plena función no hacen más que molestar a los demás espectadores, aparte de faltarles el respeto a los actores. Los aplausos cada vez que entraba uno de los protagonistas entorpecía el guion y te sacaba el hilo de tensión de varias escenas.
Las malas actitudes del público no frenaron acá, sino que hubo personas que llegaron 40 minutos tarde a la función haciendo todo tipo de ruidos molestos, uno de ellos el comer caramelos y como entretenimiento mover el papel haciendo un ruido infernal. Es importante nombrar esto, porque se vio reflejado en todo el comienzo de “Closer”.
Enfocándonos en lo que es la obra, la actuación de Gala desde el principio fue impecable y segura, a pesar del clima desordenado de la sala. Mientras que a Valenzuela le costó un poco más seguir su propia letra, tal vez signo de los nervios de la primera función, pero lo importante es que su personaje fue relajándose y remontó en cada acto seguido. Sin dudas función a función pulirá un comienzo difícil. Con respecto a su primera escena juntos, fue más larga de lo que podría haber sido. Pero esta crítica es más directiva que actoral.
El personaje de Peleritti de por sí es el que menos gracia tiene, ya que no es alguien muy expresivo con sus palabras, pero allí es cuando debería entrar en juego la parte física y en definitiva, es lo que más destaca a “Anna”. En muchas escenas casi susurraba y el público del fondo casi no la escuchaba, esto debería tenerse en cuenta. Si pone más el cuerpo y hace escuchar lo poco e importante que tiene para decir, la obra sería ideal.
Navarro fue el más apasionado y casado con su personaje, lograba fielmente transmitir todos sus sentimientos. Remixó cada condimento de comedia, frustración, violencia y locura a la perfección. Fue el que más reacción del público tuvo. Larry era para él. En términos generales, el resto del elenco debería estar al mismo nivel y de seguro podrán lograrlo.
Con respecto a lo visual, el escenario que claro, debe tener sus elementos para recrear las situaciones, se ve muy lejano para el espectador del fondo. La música en momentos se escucha más que la voz de los actores, algo totalmente solucionable.
Espectadores, están buenos los aplausos, pero dejen que los actores también hablen. Sofía Gala quiso agradecer y ni escuchamos a quién.
Sin dudas, “Closer” funcionará como plan de salida, pero la sensación sobre esta historia de extraños que se lastiman continuamente se convierte muy vintage y uno no deja de pensar que realmente quedó muy en el pasado para personas que se identifican con ese tipo de relaciones tóxicas. Quizás habría que tomarlo como que no llegó a convertirse en un libreto clásico, sino que simplemente esto pasaba hace 25 años, toda una vida que ya ni reconocemos.