martes 16 de abril del 2024
OPINIóN 13-04-2020 17:10

Cinthia, la del barrio o La Fernández que faltaba: titulala como quieras

Protagonizada por la "panelinda" de LAM, aburre más que cuarentena. Una telenovela para dormirse que, para colmo, la pasan casi en cadena nacional

¿Quién dijo que en esta cuarentena extralarge se acabaron las nuevas ficciones nacionales? Ahora, en un horario excepcional, hay una telenovela que va por El Trece y luego casi en cadena nacional por todas las emisoras del país, demostrando que unidos, al virus le ganamos entre todos.

La protagonista es Cinthia Fernández, que como actriz es una gran “panelinda”, término acuñado por esta servidora meses atrás para definir a aquellas hermosas chicas que uno no sabe por qué pero tienen un espacio cada vez más grande en la tevé opinando de todo.

Título no le pusieron, pero podría ser: Lo hago por mis hijas; Cinthia, la del barrio; o Cinthia, la Fernández que faltaba.

En la era a. C., es decir antes del coronavirus, los canales ya habían adoptado la ahorrativa costumbre de generar contenido con los problemas personales de sus propios panelistas, y hoy, ese negocio redondo es casi un decreto de necesidad y urgencia, y será peor en la era d. C. (después del coronavirus), cuando ni el “viejo Gómez” del tango de Pelay y Canaro nos conteste cuando le preguntemos dónde hay un mango...

Pues bien, con esa fórmula, en Los ángeles de la mañana, conducido por Ángel de Brito, Cinthia presenta cada mediodía un capítulo diferente de esta tira cuyo elenco aumenta al ritmo de los precios y sobreprecios del alcohol y los fideos.

Sí, claro, como toda heroína de culebrón que se precie, ella es la víctima, que cual Grecia Colmenares en Topacio o Thalia en Rosalinda, sufre las injusticias de quienes la odian mientras el malo, el antagonista, su ex, un tal MartÍn Baclini -un señor al que no conocía nadie hasta que ella lo llevó al Bailando- gana un protagonismo que ya linda lo insoportable. Igual que Cinthia.

Así, día tras día, la ficción nos ofrece las peleas de Cinthia con el “¡maldito Baclini!”, parafreaseando a la “¡maldita lisiada!” de Soraya en María, la del barrio, que osó ponerse de novio con otra; los cruces con él y esa otra, quienes obviamente van a estar en el Bailando, igual que Cinthia. Y todo, mientras va cayendo gente al reparto, como en el capítulo intitulado “Captura va, grito viene, esta novela te entretiene”, con la vecinita de al lado que Cinthia jura le robo, le pegó y no sé cuántas cosas más... Una vecinita muy bonita que salta a la vista, hasta Tinelli y el Maipo, ella no para.

Y como si todo eso fuera poco, se sumaron la mamá de la protagonista, que por suerte defiende a su hija, y el papá de la pobre Cinthia, a esta altura la “tonta pobre tonta” de la canción de Andrea del Boca, a la que ella llama “ladrón”, y la nueva pareja de él, quien según nuestra heroína tiene un pronturario que amerita una tira propia. No, por favor, borren esta idea y vos, Marcelo, ni se te ocurra convocarla que si seguís sumando al Bailando a todos los aledaños de Cinthia, tu próximo programa durará hasta el Mundial 2022.

Yo me pregunto: Con el cuerpo y el talento para el baile que tiene Cinthia, ¿es necesario tanto circo...? Ah, sí, claro, me olvidaba... En el reparto de lo que la naturaleza le dio faltó el carisma. Y eso no se compra, no se alquila y no se gana. Con eso se nace, y los que no lo tienen, siguen intentando comprar aceptación llorando en el campito o en la televisión...

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