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En varias oportunidades Nazarena Vélez habló sobre su adicción a las anfetaminas y el daño que le hizo a su salud. Ahora, la productora volvió a tocar el tema para referirse a las reacciones del Chyno Agostoni y Barbie Vélez, sus dos hijos mayores, cuando les contó que era adicta.
En diálogo con Catalina Dlugi en Agarrate Catalina (Once Diez/Radio de la Ciudad), la actriz y productora comenzó haciendo referencia a los motivos que la llevaron al consumo: “Fui obligada por mi mentalidad y el querer laburar en el medio y cuanto más flaca estás, más laburo hay”, indicó y continuó dando detalles de lo que hacía para verse más delgada: “Al principio empecé con diuréticos y laxantes y después fui perfeccionando en buscar cosas mágicas para verme cómo deseaba”.
En esta línea, agregó: “Es mucho el trabajo y el sufrimiento que se padece mientras uno es adicto. Yo no creo que las anfetaminas sean menos duras que otras drogas. Está bueno hablarlo, es bueno para los más chicos", señaló Nazarena.
El difícil momento de Nazarena Vélez cuando confesó su adicción
Luego, explicó: "Como buena adicta lo he ocultado mucho. Pero cuando decidí contarlo, los senté primero a mis hijos, tengo hijos muy sabios, muy amorosos, Barbie y el Chyno me abrazaron, me contuvieron. Me dio mucho miedo cuando tuve que llamar a mi papá y a mi mamá, y después a mis hijos. Me cagué muchas cosas de mi cuerpo por esa adicción, me dio mucha vergüenza porque yo me quería quedar en esta vida por ellos. Es muy tóxico. Los primeros cuatro meses necesité ayuda psiquiátrica”, admitió.
Ante el descargo y estremecedor relato de Vélez, la conductora le preguntó si tenía que pedirle perdón a alguien y, en ese caso, a quién sería. A lo que la mamá de tres le respondió a modo de conclusión: “A mí por todo el daño que me hice durante tanto tiempo. A mis viejos por hacerlos sufrir y a mis hijos. Pero a mí no se me caen los anillos por pedir perdón”.
El calvario de Nazarena Vélez con las anfetaminas
A fines de abril, en una entrevista íntima con Gastón Pauls, Nazarena Vélez contó que llegó a consumir casi 30 pastillas por día a los fines de “estar flaca”, situación que casi la llevó a la muerte. "Yo estaba flaca y enferma. Hace 11 años que dejé de consumir, a los 35 años", dijo.
"Creo que no se habla como se debería hablar de las anfetaminas. Es una droga súper fuerte que de verdad mata muchísimo”, determinó. Y luego agregó: “Quizá tiene que ver con que a las mujeres les da vergüenza decir ´tomé pastillas para adelgazar’. Es una droga que yo compraba en una farmacia”. "Cuando dejé las anfetaminas, me dijeron que la sobredosis que había tomado equivalía a 30 líneas de cocaína. Me quedó un soplo en el corazón. Para mí es una droga, fuertísima".
"Yo sabía que me estaba matando. Empecé con 2 pastillas y terminé con 30 por día. Me daban el resultado que yo necesitaba. Cuando más flaca estuve fue cuando más trabajo tuve", indicó, y remarcó que “estamos en una sociedad gordofóbica” y rememoró una situación laboral, en la cual para grabar una publicidad le pidieron que en tres días bajara 3 kilos.
Tiempo después, ya rehabilitada, la mediática afirma que contantemente tiene “tentaciones” y que todo el tiempo recuerda que “no quiere morirse” para no recaer. "Yo veía una respuesta mágica en las pastillas", confesó. Pero, por suerte, ahora afirma estar en un “momento de aceptación” consigo misma.
F.E.D.V