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La sala del Teatro Mercedes Sosa en la cual se accidentó Sergio Denis la noche del lunes 11 de marzo provocándole así politraumatismos, una hemorragia y edema cerebral y múltiples fracturas, fue clausurada. Sin embargo, hubo un detalle en la metodología del accionar de las autoridades tucumanas que llamó mucho la atención.
Lo que sucede es que solo han clausurado la sala, lo que provoca que si alguna persona se acerca al teatro para comprar una entrada a algún evento a realizarse allí, puede hacerlo, a pesar de que ésta luego no pueda llevarse a cabo allí por la medida de seguridad.
Sin dudas, fue una decisión bastante polémica, no solo por dejar expuesta una posible falla en el cuidado de los productores teatrales para los artistas que se suban al escenario rodeado de la fosa sin protección, sino por dejar abierta la posibilidad de que la gente que quiera ver espectáculos en el Mercedes Sosa acceda al lugar y luego tenga que ser avisada de que el concierto u obra se haga en otro lado, o incluso tengan que devolverle el dinero.
Por otra parte, el periodista Pablo Layus informó desde el lugar de los hechos que la Policía Federal confiscó cajas y secuestraron material que se encontraba en el interior del recinto.
El Teatro Mercedes Sosa fue inaugurado como un cine en 1946 y permaneció así hasta 1992, cuando fue comenzado a utilizarse como sede de la Iglesia Universal del Reino de Dios. Tras la mudanza de estos, el gobernador tucumano por aquel entonces, José Alperovich, decidió expropiar el lugar como bien de utilidad pública. Luego se encomendó la elaboración de un importante proyecto de restauración y puesta en valor para finalmente reinaugurar el teatro con el nombre de la artista el miércoles 2 de abril de 2014.
L.L.
