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Por más de que sean dos de las divas más importantes de la televisión y farándula argentina, Moria Casán y Susana Giménez no están unidas por una amistad; y así lo confirmó la conductora de América tras la fulminante opinión que lanzó tanto de ella como de su nieta, Lucía Celasco, tratándolas a ambas de “borrachas” por los controversiales dichos sobre la pobreza y el escándalo que tuvo lugar en Punta del Este durante el Año Nuevo, respectivamente.
"El otro día su nietita se peleó, parece que estaba un poquitito excedida de tragos, como estamos todos, y a mí me parece que ella también”, lanzó sin piedad Moria, afirmando que a Giménez lo único que le importa es decir que “no quiere a los K” o el impuesto del 30% al dólar, pero cuando se le pregunta algo, “se sube a su limusina y se va”.
"Este fue el granero del mundo, pero ahora es el lavadero y centrifugado. Es fin de año, todos están con un traguito, ella viene en helicóptero, está llena de millones, está en otro sistema solar", disparó La One en Incorrectas acerca de la figura de Telefe, señalando que el hambre de la Argentina no se soluciona siguiendo el tipo de consejos que ella brindó, y aclarando con firmeza que ella no tiene nada que ver con la rubia.
“Tiene un terreno que está por vender en 15 millones de dólares, otro está 20 millones de dólares... Ella cría plantas, cría gallinas, cría aves y le trata de pasar lo mejor de ella a la gente. Lo que pasa es que la gente no tiene cien palos verdes como ella. That is the problem, that is the cuestion”, sostuvo la ex jurado del Bailando, y añadió: "Susana es un producto de la prensa, la descubrieron un día en Mau Mau bailando y de ahí empezó el Shock; y está condenada a que cada cosa que diga va a salir. Le interesa seguir rebotando aunque sea para que la critiquen. No le importa nada, si no tiene ningún problema".
Casán explicó que solo fue una vez a la casa de Susana, y que jamás volverá a su living televisivo, debido a que ella “no tiene reciprocidad ni para hacer una llamada”, revelando también varios entretelones de cuando trabajaron juntas en la década del ochenta.
"Cuando trabajé con Susana era una mina divina y muy insegura. El día del debut, el teatro estaba todo vendido y ella no quería salir a escena porque era complejo todo lo técnico en una revista. Fue en No rompan las olas. Bajamos de una escalera que tenía más de 40 escalones. Yo la tomaba de la mano y le decía: 'Dale, está el teatro lleno, arriba, arriba", indicó la conductora.
A pesar del color de sus declaraciones, La One también tocó un tema muy sensible: cuando estuvo envuelta en el escándalo del sacerdote pedófilo Julio César Grassi. "Otra vez que la vi insegura fue en la época del padre Grassi. Cuando tuvo ese problema nadie quería ir a su programa, me llamaron para hacer el sketch y fui. Yo no exijo nada, pero nunca hay reciprocidad, es porque ella es como una chica de Hollywood aunque viva acá y yo soy del Conurbano Bonaerense", sentenció Moria.
L.L.
