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El escándalo del doctor Rubén Mühlberger tiene cada vez más aristas, y su tratamiento en televisión puede otorgar momentos sorprendentes, como ocurrió este viernes en Intrusos, cuando Jorge Rial reveló la traumática experiencia paranormal que sufrió con el juego de la copa, la popular práctica que supuestamente hace contacto con espíritus.
Rodrigo Lussich narraba al aire qué era lo que habría en una habitación secreta del médico que hoy se encuentra bajo arresto domiciliario, detallando que este guardaba velas rojas y negras para “hacer trabajos” como pedidos escritos, “corte de piernas”, “cortes de caminos” y ataduras, con el objetivo de hacer que aquellas personas que se alejaron de él, vuelvan a su lado.
“Eso me da miedo”, contó el conductor de América cuando su compañero señaló la tabla ouija que posee el abecedario, números, las palabras “hola” y adiós”, y un pentagrama invertido, para luego proceder a contar su historia.
“Yo una vez lo hice y me cagué en las patas. Con la copa, me cagué mal. Yo pasé una noche jodida, jodida eh. Nos encerramos todos en un cuarto y no salíamos. Golpeaba. La pasamos mal, la pasamos mal y no quiero hablar del tema”, explicó el presentador de televisión y radio, visiblemente compungido al recordar lo que le sucedió con un aparente espíritu.
Por su parte, el panelista dijo que el también tuvo una experiencia similar de chico, con la madre de un amigo que era médium que tomaba mate y eructaba para contactar a quien estuviera “del otro lado”. Cuando pidió que ladre un perro si es que estaba un alma allí presente, un can emitió sonido.
Según un estudio de investigadores de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, la ouija se mueve por la predicción de letras que los propios participantes del juego hacen de manera involuntaria, condición que se da por los movimientos predictivos del ojo, la subestimación de la propia interacción conjunta del grupo y la sensación “espeluznante” que se otorga por el contexto.
No obstante, la explicación de los daneses no le debe servir mucho a Rial, quien parece seguir asustado por lo que vivió hace años.
L.L.