viernes 26 de abril del 2024
TELEVISIóN 07-07-2016 17:05

Un Negocio muy caliente

Una serie brasileña pone a una prostituta a aplicar las reglas del marketing para categorizar su trabajo y ganar más haciendo menos.

Había una vez, una garota hermosa, paulista, que se ganaba la vida complaciendo a los hombres (y también a algunas mujeres). Pero tenía dos problemas: estagarota se estaba poniendo mayor y sus bookers, sucesivamente, se las ingeniaban para estafarla. Hasta que un cliente, en la tibieza de la cama, le enumeró las reglas elementales del marketing. Y Karin (tal su nombre de guerra), decidió aplicar esas reglas a su especialidad. Hace cuatro años que conocimos a Karin (Rafaela Mandelli), nos enamoramos de su rostro y de sus aventuras en "El negocio", una producción original de HBO realizada en Brasil cuya última temporada se emite los domingos a las 21.

Antes de que llegue el 18 de julio, fecha en que se emitirá el episodio final de la serie, se impone evaluar la evolución de este personaje, que fue de copera en una boite a dueña de la empresa de lujo Océano Azul, y de sus dos amigas inseparables: Luna (Juliana Schalch) y Magalí (Michelle Batista). Sí, porque Karin supo estudiar, investigar, perfeccionarse y aplicar todo lo aprendido para hacer crecer el negocio que fundaron entre las tres: comenzaron con un servicio de prostitutas de lujo, luego crearon una membresía, compraron una mansión para instalar un club sexy, extendieron la marca a todo tipo de artículos de lujo (champagne, joyas, chocolates, etc.), su marca empezó a cotizar en la Bolsa de San Pablo, fueron absorbidas por una multinacional y terminaron recreando su club erótico bajo el nombre de Blue.

Una "familia" muy normal

Todo esto pasó en dos temporadas y media (las podés ver en HBO GO) pero tenemos varios domingos más hasta llegar al desenlace. Cha cha cha channn.

Lo cierto es que los autores, Fabio Danesi, Camila Raffanti y Alexandre Soares Silva son muy imaginativos y siempre encuentran algo nuevo, original y divertido para sorprendernos. Lo dijeron las protagonistas en su paso por Buenos Aires el pasado abril: "No sabíamos qué cosa novedosa nos podría pasar, pero encontraron nuevas y disparatadas vivencias", contó Mandelli en esa visita. Y eso es así porque, además, crearon un rico universo de personajes secundarios.

Es que lo mejor de esta serie no es ver esculturales cuerpos desnudos en danzas amatorias (sí, las escenas sexuales están muy bien realizadas y son explícitas, como corresponde a la señal).

Hay cosas mejores: los diálogos y los exóticos personajes que arman el acompañamiento de las tres protagonistas: está Ariel (Guilherme Weber), el último proxeneta de Karin devenido en socio del club, hombre insensible que todo tiempo se pelea con César (Eduardo Samerjian), otro socio del club que antes era instructor de esgrima de Karin. Sus personalidades tan distintas, uno heterosexual y hasta violento, y el otro gay y muy culto, aportan los momentos más desopilantes. En paralelo está Zanini (Kauê Teloli) quien, con el paso de los episodios, logra enamorar a la chica it Magalí, que se encuentra atrapado entre el amor por ella (que trabaja de eso y mucho) y una novia a la que le prometió casamiento. Y también Oscar (Gabriel Godoy), que era el novio estafador de Luna hasta que la dejó para volver cuando tuviera su propia fortuna, mientras tanto vive de prestado en casa del hombre que quiso atropellarlo con su auto (Yuri, Johnnas Oliva). Como éstos, hay otros pequeños roles muy atractivos.

Y no te quiero contar más, tenés que verla, ¡apurate que ya se acaba! Date un saque de episodios desde el número uno y encontrá a Mía (Aline Jones), una chica muy inteligente y capaz de prever las situaciones antes de que se produzcan, que llegó para tomar el lugar sexual de Karin. No te vas a arrepentir. Sólo te puedo decir que, después del 18 de julio, las vas a extrañar tanto como yo.

Ojo, no es una serie para hombres. A ellos les va a encantar, y nosotras las vamos a admirar por su osadía.

Patricia Daniele

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