Compartí esta nota
Raffaella Carrà no solo fue una talentosísima cantante y presentadora, sino además supo ser la mentora de muchas y de muchos artistas. En aquella enorme lista de fans se encuentra Natalia Oreiro, quien desde siempre manifestó su admiración por la italiana. Frente a la inesperada muerte de actriz, la uruguaya decidió homenajearla con unas bellas palabras.
Desde su cuenta de Instagram, la intérprete de Tu veneno compartió una historia dedicada a su ídola. “Amor infinito. Gracias por ser la luz y la alegría de tantas generaciones”, escribió utilizando el clásico "0303-456" como cortina musical. Pero las frases envueltas de cariño y gratitud continuaron. “Te amaremos por siempre. Tu generosidad, talento y humildad se quedará en nosotros”, completó.
Además, el adiós estuvo acompañado de una hermosa imagen de Raffaella. La foto la muestra radiante, con un corte carré y el icónico rubio platinado. Un maquillaje suave y la mirada intensa.
El día que Natalia Oreiro cantó con Raffaela Carrà
Corría el año 2000 cuando Natalia Oreiro explotaba en el escenario internacional. Tras la novela Muñeca Brava (Telefe), la actriz adquirió un nivel de reconocimiento tal que muchos medios extranjeros comenzaron a llamarla para participar en diferentes programas. En ese contexto, la protagonista de Sos mi vida (El Trece) fue invitada a la RAI para cantar con Raffaela Carrà.
En una entrevista con Estellita, el álter ego de Jey Mammón, a través de la pantalla de América TV, la heroína de Un argentino en Nueva York recodó cómo fue ese momento.
“¿Cómo es Raffaella de cerca?” Preguntó el conductor de Estellita en casa. “Hermosa”, contestó Natalia de inmediato. Y luego agregó: “Son de esas personas que te acercás y te encandilan”. En esa circunstancia la artista aprovechó para revelar una anécdota y dejar expuesto el nivel de humildad de Carrà. “Tenía 20 años y me fui a Uruguay con dos amigas. Había llevado unas pelucas de colores. Con las chicas nos grabamos riéndonos como locas. En ese momento, yo me puse a cantar 0303456”, comenzó relatando.
Y después prosiguió: “A los 2 meses me llaman de una compañía italiana y me dicen que ella iba a grabar un disco de grandes éxitos y que quería que yo participara, cantando esa misma canción ¡No lo podía creer! ¡Los algoritmos no existían en esa época!
La narración aún no terminaba, puesto que había sorpresas. “No solo canté con ella. La noche anterior, Raffaella se acercó a mi camarín y me preguntó qué ropa usaría para el evento. Le dije que un corpiño y una falda con lentejuelas plateadas”, rememoró con emoción. Y por último concluyó: “Ella se vistió igual a los bailarines, de esmoquin blanco. Nadie me quita la idea de que ella lo hizo para que yo me destaque”.
S.G.