Productor de TV y Radio. Licenciado en Comunicación Audiovisual. Mail: [email protected]
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Vestido como un aristocrático de la década del 30, Benjamín Vicuña ingresa al decorado de la mansión de su personaje en los estudios de grabación de Argentina, tierra de amor y venganza, donde brindará su palabra a un amplio grupo de periodistas. Relajado, y con una amplia sonrisa, su manejo frente a la prensa contrasta con la descripción de su personaje Torcuato, un villano frío y calculador que generará un gran manojo de emociones desde el lunes 11 de marzo a las 22 hs. por la pantalla de El Trece.
El actor chileno regresó a la Argentina para volver a encabezar una fuerte apuesta televisiva. Lo hizo en 2015 en Entre Caníbales (Telefe), con no tan buenos resultados, y tras una gran participación en 100 días para enamorarse y su trabajo en Vis a Vis, él mete todas sus fichas a la súper producción de Pol-ka que protagoniza junto a Gonzalo Heredia y Eugenia “China” Suárez, su amada pareja.
La revolución de la mujer viene de mucho antes
“Es una historia que realmente emociona y todos los que estamos acá nos sentimos interpretados. Es una serie que habla del origen y de cómo se formó Argentina y Latinoamérica. Inmigrantes, personas que vinieron con sus deseos y sin ningún peso para armar un futuro. En ese lugar radica esta historia, que es de amor, traición y venganza”, comenzó declarando Benjamín, para luego agregar: “Tiene el contexto de la época fantástico, y poder contarlo es algo soñado para cualquier actor”.
Vicuña dejó bien en claro que a pesar de que ATAV narre una historia situada en el pasado, esto no significa que comunique códigos que por suerte se están intentando dejar atrás. “En la tira nos damos cuenta del empoderamiento y que la revolución de la mujer viene de mucho antes. Hablamos del primer sufragio, de la moda, pasando por cómo una chica de la edad de Delfina Chaves –quien interpreta a Lucía- no quiere que la obliguen a casarse con un prometido determinado y quiere independizarse, de cómo el trabajo te valida y genera esa independencia. Eso por un lado, y por el otro, están las chicas inmigrantes, víctimas de la trata de blancas, horrible, algo que existió y por lo que hubo condenados. Mi personaje tiene muchos negocios turbios y uno de ellos es éste burdel en el que está el personaje de la China”, comentó el chileno, que también explicitó uno de los objetivos de la ficción de El Trece: “Una de las misiones de este programa es poder refrescar la memoria, mostrar cómo ayer sucedieron cosas de éste calibre y que la gente tenía otro calibre y paradigma moral que lo volvían aceptable”.
“Creo que lo más interesante de ‘Argentina…’ son los elementos que hablan del origen de este país y los vicios que se han ido manteniendo, pero también las cosas positivas: la pasión, el empezar de 0, la solidaridad y el amor. Es una historia muy cosmopolita, hay un personaje italiano, otro andaluz, uno catalán, un conventillo que resume todo esto y que está buenísimo con gente de distintos acentos que le da un toque universal a la historia”, afirmó motivado el actor, cuya participación en este proyecto marca su regreso a Pol-ka desde el gran éxito de Farsantes (2013). A pesar de que aquella ficción en la que trabajó con Julio Chaves, Facundo Arana, Alfredo Casero y Griselda Siciliani haya surfeado un intenso mar de escándalos e internas, Vicuña solo tiene elogios para la productora de Adrián Suar: “Es un lugar súper agradable. Regresé, están las mismas caras y eso habla muy bien. Hay gente comprometida con el laburo y estoy feliz. Estamos súper contentos todos de poder estar en una serie de estas características y con un gran nivel de realización. A mí me sorprendió cómo cada área está súper motivada, vestuaristas, arte, cada persona está dando su máxima expresión y eso te sube el nivel. De verdad hay un deseo de que nos vaya bien y ‘democratizar’ un buen contenido”.
Esto es una apuesta que dice: 'No subestimemos al público, hagamos algo bueno'
En referencia a éste último término que utilizó, Benjamín hizo hincapié en el cambio de paradigma de los medios de comunicación, las distintas maneras de consumir TV, ficciones y/o audiovisuales. “Hay muchas plataformas, fuga de audiencia, la gente consume cada vez menos televisión abierta, y esto es una apuesta que dice ‘bueno, no subestimemos al público, hagamos algo bueno”, exclamó convencido Vicuña, para después profundizar en sobre si siente presión o no por el rating, especialmente en tiempos en los cuales hay pocos productos de ficción nacional en la televisión abierta. “Es imposible estar ajeno a un drama. La cantidad de canales que se están cerrando y la cantidad de oportunidades que se están dejando, decir que no siento una responsabilidad por que le vaya bien a la tira sería una mentira. Tengo una conciencia por la cantidad de actores que están sin laburo. Obviamente no estamos encima del minuto a minuto, no corresponde, pero si queremos que nos vaya lo mejor posible, por la industria local y todo lo que ya sabemos. Respecto a lo que dije de democratizar el contenido, un proyecto así en la TV te hace volver al gran público, sin que tenga que pagar una entrada o que tenga que ir al teatro, que también estoy haciendo de jueves a domingo”, sentenció de manera firme el actor, que promocionó entre risas la obra Terapia Amorosa, en la cual trabaja junto a Violeta Urtizberea y Fernán Mirás, también compañero de elenco en la tira de El Trece.
La nueva ficción del canal de Constitución marcará un antes y después para el actor, ya que por primera vez trabajará en televisión junto a su pareja, la China Suárez, con quien ya filmó dos películas: El hilo rojo (Daniela Goggi, 2016) y Los padecientes (Nicolás Tuozzo, 2017). El chileno habló de su fuerte necesidad de instalarse en un lugar fijo y durante una larga cantidad de tiempo para poder grabar.
Suma mucho verla a la China
“Necesitaba una vida más sedentaria. Esta elección tuvo que ver con haberme estado moviéndome demasiado y necesitaba anclar –un término que le robé a mí terapeuta- y por eso elegí este objetivo a largo plazo y que además tiene de bueno que cuando sale al aire, obtenés un feedback de la gente. Eso tiene la novela que no tiene una miniserie o una película: el día a día”, expresó el intérprete, que además explicó que trabajar con la China no significar poder verla todo el tiempo, pero que poder hacerlo al menos durante un rato es fundamental. “No nos cruzamos mucho porque tenemos líneas paralelas, pero sí en los pasillos y está bueno. Este es un trabajo súper absorbente. Suma mucho verla”, aseguró.
Antes de continuar con el extenso rodaje de la ficción en los estudios Baires, Vicuña expresó su felicidad por darle vida a Torcuato Ferreyra, un mafioso inescrupuloso. Su personaje es violento y perverso, y se encarga de llevar a cabo todo tipo de negocio ilegal: tráfico de inmigrantes, fábricas con trabajadores que son explotados, y también tiene vínculos con la trata de blancas. Emigró de España traicionando a su mejor amigo, Bruno (Albert Baró), para poder quedarse con todo lo que es de él. Sin embargo, el actor afirma que este criminal tiene un lado sensible, dando detalles de cómo trabajó para personificarlo. “Estoy muy feliz con Torcuato. Él tiene una inseguridad gigantesca debido a un accidente que sufrió en la guerra, y eso lo define por completo, porque si bien es un tipo traicionero y ambicioso, tiene un costado vulnerable en donde radica cierta ternura. Esta historia es, para cualquier actor, como el sueño del pibe. Jugar a los gangsters, a los rudos. A veces uno siente hacer cosas de El Padrino (Francis Ford Coppola, 1972) o Los Soprano (HBO, 1999-2007), ésta última aparece día por medio”, sostuvo entre risas.
L.L