Silvina Luna (Captura)
Fuerte

El crudo relato de Silvina Luna sobre su infancia: "En mi casa había violencia, era un clima hostil"

La modelo habló a corazón abierto sobre las peleas de sus padres y aseguró que a ella le faltó amor.

Silvina Luna abrió su corazón y contó lo dura que fue su infancia. La modelo contó que había "un clima hostil" y recordó las peleas que mantenían frecuentemente sus padres. 

En diálogo con Infobae, Silvina Luna dio detalles de la violencia que ejercía su padre sobre su madre y recordó que ella era como invisible para ellos. "Tenían 22 años. Eran como adolescentes intentando ser papás. Y llegué a sentir que no me veían. No... No me veían. En aquel entonces estaban demasiado inmersos en sus mambos y peleando mucho entre ellos. Yo era una chica alegre pero muy solitaria. Creo que a mí me faltó amor".

Cómo fue la infancia de Silvina Luna

Cuando el periodista Sebastián Soldano le preguntó cómo era el clima en su casa, Silvina Luna recordó: "El clima era hostil para un niño. Papá y mamá tenían una relación tormentosa. Imaginate a dos personas grandes que discuten, que se gritan... Quizás hasta en momentos de agresiones y entonces tenés miedo de que a ella le puede pasar algo. Pero lo peor era que todo se naturalizaba, porque no se conocían otros recursos". 

"Ellos sentían que no tenían posibilidades de elegir otra cosa, otro trabajo, otra vida", lamentó. Luego, la modelo habló sobre un hecho puntual que vivió cuando tenía dos años: "Él había vuelto de la cancha, o de algún otro lugar, un poco alcoholizado y se dio una circunstancia violenta con mamá. Ella me agarró... no sé si no lo había denunciado en su momento, y fuimos a la casa de mi abuela, que en vez de contenerla le dijo: ´Vos tenés que volver al lado de tu marido´. Y bueno, regresamos".

"Mis viejos eran muy jóvenes, sin herramientas para el manejo de sus emociones y tratando de sobrevivir haciendo lo que podían con mucha frustración en sus propias vidas. Se veían en lugares sin elección y con bajadas de lo que debían ser, sintiendo que no existían otras posibilidades más allá de lo que veían. Es muy importante dejar de pensar tanto y tomar responsabilidad de elección sobre qué hacer con esto que me pasó, deshaciéndome de culpas y de emociones que no me dejan avanzar. Yo perdoné a mis viejos. Los amo y los honro con gratitud, porque sé que hicieron lo que pudieron", aseguró. 

R.L

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