viernes 26 de abril del 2024
DESTACADA 21-01-2020 16:00

Thelma Fardin: "Ya no me mueve la aguja que haya gente que no me crea"

La actriz cuenta su experiencia en la temporada de Mar del Plata con la obra Fuera de Línea, al tiempo que analiza todo lo ocurrido en el último año tras su denuncia.

Thelma Fardin está protagonizando Fuera de Línea en el mítico Teatro Provincial de Mar del Plata bajo la atenta mirada del dramaturgo y director general Agustín Aguirre, quien creó una puesta en escena alternativa que muestra a cinco personajes fantásticos compartiendo lo que debería ser un rutinario viaje en colectivo. A medida que cada uno de ellos va integrándose al grupo, la locura va acrecentándose al igual que la risa y la reflexión del espectador. Una tragicomedia que pone en evidencia la incapacidad de comunicación, los trastornos, los rótulos, la soledad, sin perder la diversión. Los encargados de darle vida a cada uno de los arquetipos de esta historia desde el escenario, de jueves a domingos a las 21, son Balthazar Murillo, Lili Popovich, Graciela Stefani y Sebastián Fernández.   

Luego de una función, Fardin desplegó su soltura y simpatía en una charla íntima y exclusiva con Exitoína en el restó del Hotel Provincial, donde está parando durante su estadía en la feliz. Al hablar de la obra se la nota muy locuaz y entusiasmada; al adentrarse en la situación que le tocó vivir con Juan Darthés, por un lado le brillan los ojos de la emoción al expresar el apoyo que siente por parte de mucha gente y por otro lado adopta una actitud seria, distante y reflexiva al intentar transmitir su postura respecto a dicha problemática. Sin rodeos, mientras tomaba una coca con rodajas de limón y antes de ir a cenar con el elenco, accedió a hablar de todo.

- El personaje que interpretás en la obra, la composición del estereotipo de una jovencita “concheta” con falsos aires feministas, ¿nació de vos o fue una idea del director?

- Cuando me propuso la obra Agustín, le pregunté si quería que vayamos a lo que él ya tenía armado o podíamos crear un personaje de cero juntos. Afortunadamente me dijo que quería que encontremos un personaje. Empezamos a ensayar y es un código de comedia teatral marplatense que tiene una musicalidad especial. Termino agotada mentalmente por la atención que hay que ponerle a la obra. Está en las antípodas este personaje de mí y eso es lo mejor, porque la gente va a esperar ver una cosa y se va a encontrar con un abismo. Fuimos pensando cuál es la manera de hacernos cargo del todo de lo desastre que es este personaje en cuanto al feminismo, porque en realidad no tiene idea de lo que es, no tiene conciencia de ningún tipo, está como en la superficie de lo que se supone que es el feminismo. Me pude quitar el prejuicio de mi manera de ver las cosas y pude habitar al personaje con el propósito concreto de salir a hacer reír desde el escenario.

- En un momento habías declarado que te estaba costando conseguir trabajo, ¿esta propuesta cómo surge?

-  Surge porque Lili Popovich fue mi maestra en el estudio de Julio Chávez y Vicky Raposo, la asistente de dirección de la obra, fue compañera mía en la obra “Nahuelito”. Pero esa declaración la sacaron de contexto. Yo sé que se me cerraron puertas por la denuncia, pero se me abrieron otras. Y en un momento dije que soy una mujer común y corriente a la cual si se le atrasa un pago demora en pagar el alquiler, pero es algo normal. La verdad es que no me puedo quejar, primero porque esta profesión es así, segundo porque fue un año catastrófico para nuestro país, para nuestro gremio ni hablar, y sin embargo yo hice dos películas, escribí un libro, entonces decir que yo no tuve trabajo es un insulto para mis compañeros que son talentosísimos y están sin laburar. Pero entiendo que sacar mis declaraciones de contexto construye la imagen de la víctima en la que buscan seguir poniéndome. Lo bueno es que se generó un filtro natural por mi manera de ser y pensar, entonces el que está en las antípodas de mi pensamiento no me llama, pero laburo con gente que me apoya.

- Si bien hay muchas personas que te apoyan, ¿por qué creés que hay gente que sigue desconfiando de vos, de tu relato, y que lo expresa también masivamente?

-  A mí ya no me mueve la aguja si 700 mil personas no me creen. Lo que me preocupa es que esas personas quizá tienen a alguien al lado que le pasó algo igual y no lo pueden decir porque en su familia no abren la escucha. Al principio sí me afectaba, yo me preparé para lo peor, pero fue increíble lo que pasó, fue muy poderoso y de mucha contención. Tanta gente que se animó a hacer algo a partir de mi denuncia. Si esto sirvió para que una persona se sienta acompañada valió la pena. Mirá que fuerte lo que hace la verdad, la verdad es arrasadora. Por supuesto también me parece natural de cualquier fenómeno social que haya una reticencia. Que haya una resistencia implica que está habiendo un cambio. Entonces bienvenido sea que haya detractores porque quiere decir que estamos moviendo la placa tectónica que hay que mover.

Que haya una resistencia implica que está habiendo un cambio

- Mucha gente se emocionó y conmocionó con tu historia, siente empatía por vos, resalta tu valentía y tu fuerza, te admira… ¿Sentís que te volviste una “ídola”, que sos una referente?

-  Yo lo voy descubriendo en que pasa el tiempo y no fue sólo una explosión momentánea y se olvidó. Para mí es impresionante en la calle, acá además que hay gente de todo el país, que es lo que me seducía de hacer temporada acá, ver cómo reaccionaba la gente… Con el libro por suerte viajé mucho y fui teniendo una conciencia de que era algo grande a lo largo del país. Acá estoy un rato largo después de las funciones saludando al público y por ahí vienen padres y me dicen ´gracias por lo que hiciste por mi hija´, mujeres que me miran con la complicidad del ´gracias´, yo no lo puedo creer, es una locura… Fue algo que surgió por una necesidad propia, pero fue en un contexto en el que colectivamente estábamos organizadas y la coyuntura social hizo que pudiéramos hablar de eso y pegara como pegó. Fueron un montón de factores que me dejaron en un lugar del que me hago cargo, que me interesa, me volví una estudiosa de la problemática y quiero seguir visibilizándola. Soy la cara visible de algo que es muchísimo más grande, somos todas buenas voluntades tratando de cambiar un sistema perverso que funciona así hace años como un reloj suizo.

- ¿Cómo está ahora la causa?

- No hay ninguna novedad. La última es la que supimos todes. Yo me enteré el mismo día que pidieron la captura internacional y lanzaron la alerta roja. Acá es casi un juego de ajedrez. Al haber sucedido en Nicaragua, la denuncia radicarse allá, él poder esconderse en Brasil donde no hay tratado de extradición… Es muy complejo y además de lo judicial pasa al terreno de lo político, hay gestos políticos que van a interferir o no en la dirección que vaya tomando la causa.

-  ¿Están juntando la plata que necesitaban para traducir el expediente al portugués?

-  No, no la estamos juntando porque afortunadamente estamos tratando de tener contacto con estudios de abogados en Brasil, pero es difícil que tomen el caso. Todavía no pasamos esa instancia, no tenemos representación jurídica en Brasil.

No hay ninguna novedad

Para finalizar, Thelma reflexiona: “Me parece importante hacer hincapié en algo porque por ahí cuando una víctima decide hablar puede una madre, un padre o un novio decirle cómo no se lo contó antes… No importa el vínculo que tengas con la persona. Hablar es mucho más difícil. La estadística a nivel internacional es que una víctima tarda 33 años en hablar, habla una vez y calla. Sabiendo eso es ridículo como la justicia no se hace eco y las causas prescriben mucho tiempo antes. Es tremendo como las víctimas repiten patrones, más allá de algún patrón que pueda cambiar, hay patrones que se repiten, es como un modus de trabajar de la cabeza, y por eso me sorprende lo que pasa a nivel judicial, porque las leyes no se hacen eco de qué es lo que le pasa al ser humano, cuando ya los estudios saben las estadísticas. En ese sentido yo soy de manual, en el recorrido de una persona que atraviesa una situación como la que me tocó atravesar a mí y a tanta gente, y es tremendo como mi caso en casi todos los aspectos es la regla, el recorrido que hizo mi psiquis, en muchos casos soy la regla y afortunadamente en un punto soy la excepción por la posibilidad que tuve yo de hacer lo que hice con toda mi situación”. Al tiempo, agrega: “El abogado de este hombre en Nicaragua dijo que se tenía que investigar mi pasado y afortunadamente la fiscalía dijo qué pasado puede tener una criatura de 16 años. Por eso conmigo quedaron expuestas cuales son las formas que usan este tipo de violentos, violento él, violentos sus defensores, el sistema mismo que ejerce violencia sobre alguien que tiene el coraje de hacer una denuncia como la que hice, y van a ´qué tenía puesto´, ´dónde estaba´, pero por suerte como sociedad pasamos esta línea de debate, por supuesto que hay sectores más conservadores que todavía se atreven a decir esas barbaridades, pero me parece que al haberlo pasado como sociedad eso obliga a la justicia a subir la vara”.

Antes de cerrar la entrevista Thelma deja un mensaje: “Todas desde nuestras trincheras estamos dando batallas, le ponemos el lomo, sabemos que es difícil porque luchamos desde adentro de este sistema… pero ¿qué hacemos?… ¿armamos un mundo nuevo?...”.

En esta Nota