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El 11 de agosto pasado Indalecio, el hijo de Luli Fernández y el abogado Cristian Cúneo Libarona, cumplió 5 meses. En este sentido, según establece el calendario de vacunas obligatorias establecido por el Ministerio de Salud y Desarrollo Social, el bebé debería acceder a dos dosis de la inyección contra el meningococo. Sin embargo, la modelo publicó en sus redes sociales un desesperado pedido de ayuda, ya que hace algunas semanas está intentando conseguir las mismas pero no logra hacerlo.
Según informa el propio portal oficial: “El meningococo es una bacteria que provoca enfermedades graves, como meningitis (inflamación de la membrana que cubre el cerebro) y sepsis (infección generalizada). Estás enfermedades pueden tener consecuencias fatales o dejar secuelas irreversibles como amputaciones, la pérdida de audición o secuelas neurológicas graves”.
La también conductora de televisión aprovechó su popularidad en las redes sociales para intentar conseguir ayuda y cumplir con lo establecido por la ley: “Indalecio cumplió 5 meses el 11 de este mes. Desde ese momento estoy tratando de conseguir la vacuna que le corresponde recibir en esta etapa. ‘Está en falta en todos lados’ es la respuesta”.
Luego el mensaje continuó: “¿Qué se hace? ¿A quién debo recurrir? Qué vergüenza tener que hacer esto por redes sociales porque no puedo conseguir una vacuna. Me escribieron tantas mamás con el mismo tema. Frente a estas cosas, ¿quién debe asegurar que podamos completar el calendario de vacunación de nuestros hijos?”.
Además, en otra historia de Instagram que escribió a continuación, señaló: “’El laboratorio no entrega’. ¿Cuál es el laboratorio? ¿Por qué no entrega una vacuna que tiene demanda y es requerida para todos los bebés? ¿Un solo laboratorio entrega? ¿Quién le exige a ese laboratorio que cumpla?”. Y finalizó con una reflexión política fuerte: “¿Especulan con el dólar? Pregunto porque no sé y quien entender por qué en un país normal no puedo vacunar a mi hijo en tiempo y forma”.
En este sentido, en abril de este año especialistas ya empezaron a advertir que el Estado había licitado una dosis menor que la necesaria para cumplir con el calendario de todos los ciudadanos. Según pudo acceder el equipo de investigación de Perfil en el mes de julio, el faltante se debía a que habían “problemas de producción mundial y falta de abastecimiento en el mercado internacional, sobre todo en vacunas con un único proveedor”.
También señalaron que podría deberse a “demoras en el envío de los embarques; capacidad operativa para los despachos de dosis cuando se producen varios ingresos por dosis faltantes y se hacen envíos extraordinarios que, sumados a los regulares, pueden generar falta de capacidad de almacenamiento en las cámaras provinciales, etcétera”.
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D.R.
