Valentino Yospe, el hijo de Natacha Jaitt, denunció por violencia a su tío Ulises Jaitt: "Me partió un palo de escoba en la espalda"

Valentino Yospe, el hijo de Natacha Jaitt, se animó a hablar en público y revelar la denuncia que le hizo a su tío Ulises Jaitt por violencia y maltrato. El testimonio del joven de 19 años es realmente escalofriante.

En unan nota que le dio a Fernanda Iglesias para Puro Show (El Trece), relató el calvario que vivió junto al periodista, sobre todo después del fallecimiento de su madre cuando él tenía 12 años: "Cuando mi mamá fallece, yo estaba viviendo en lo de un amigo por un mes. Ulises y mamá se tenían que encargar de las cámaras y de la policía que estaba en frente de mi casa, yo tenía que solucionar mentalmente lo que me estaba pasando. A mi tío lo dejé siempre bien parado pero la realidad era distinta". 

"Desde que tengo ocho años y peor después de la muerte de mi madre, todo colapsó para él. Él siempre fue violento, muy violento conmigo y demasiado violento con mi hermana también. Era peor conmigo porque yo era hombre, a mi hermana nunca la tocó porque era mujer. Esa era su justificación, yo sufrí la violencia con mano dura por parte de él la mayoría de mi adolescencia y mi niñez", contextualizó. 

Además, aclaró que no solo ocurrieron estos episodios cuando su mamá no estaba presente: "Cuando mi madre estaba presente, ella siempre quiso ayudarme pero trabaja mucho y yo me la pasaba de niñera en niñera, no estuvo tan presente de lo que pasaba con Ulises. No tenía tiempo para darme esa atención que necesitaba pero no la juzgo para nada, estaba atravesando un momento difícil de su vida. Son cosas que Ulises solía hacer cuando ella no estaba presente pero ha tenido que actuar más de una vez para ponerle los puntos". 

¿Cómo fue el calvario que vivió Valentino, el hijo de Natacha Jaitt, con su tío Ulises?

Incluso, explicó la razón por la que nunca contó esta realidad en los medios: "Yo vivía bajo manipulación de él, tenía que hacer como que era el tío perfecto. Pero, sacando lo violento que fue él conmigo, él busco lo mejor para mí y la manera de no tocarme pero todo recaía en lo mismo. Fue así desde mis 8 hasta mis 16 años". 

"Empezó con cachetadas porque era más chico y si me hacía un golpe más fuerte, me mataba. Si yo me portaba más de tres veces mal, a la cuarta me cagaba a trompadas. Me educaba así porque quería usar la misma forma que su papá con él, en vez de mandarme con otro familiar o a un hogar... Después empezó con zamarreos, me pegó con cinturón, me dejó con marcas en las piernas, me ha dejado lesiones en la cara, subido hasta el baño para darme con agua fría y pegarme ahí, agarraba un palo de escobas y me lo partía en la espalda. Una vez estuve una semana rengo, no pude caminar, mientras él se cagaba de risa, diciendo que me la tenía que bancar. No podía salir a la calle si había pasado algo con él porque sabía que lo iban a denunciar", especificó sobre las distintas formas que hallaba Ulises para golpearlo. 

Yo viví mucho años bajo sus alamas demoníacas, él siempre ocultó esa versión en los medios, siempre quiso quedar como el papá nuevo que yo tenía. Siempre intentó escapar de las denuncias. Se hace el poderoso pero tiene miedo. Fallece mi mamá y yo voy a ver vivir con él, mi hermana también viene a vivir conmigo. Mi hermana era como mi madre, no se metía mucho. No querían salir lastimadas", siguió.

Finalmente, Valentino expresó cómo logró librarse de estos maltratos y hacerse con la casa donde vivía Natacha Jaitt antes de su muerte: "Entra la pandemia y fueron los peores años de mi vida. En 2022 me llega la información de que podía conseguir una beca en una secundaria judía y entré. Poco a poco, los directores se dieron cuenta que yo iba poco a la escuela o que iba deprimido, y me ofrecieron pagarme un psicólogo. Yo arranqué y durante tres meses me hizo contarle lo que vivía. Abrí los ojos y me escapé a un hogar de la colectividad judía, conté todo lo que me había pasado y viví un año y medio ahí. Llegué al hogar y al segundo día le hice la denuncia por violencia familiar. Después de unos años volví a vivir con él en mi casa porque me vino a buscar y yo ahí estaba haciendo mi prueba de juego. La segunda oportunidad fue peor y lo volví a denunciar, lo eché de mi cas ay hace un año y medio vivo solo. Nunca más volvió y no lo quiero volver a ver en mi vida. Si mi vieja hubiese visto todo lo que me hizo, hoy Ulises no estaría vivo. Mi vieja me hubiese salvo la vida".