Compartí esta nota
Si sos mujer, ponete de pie y aplaudamos a estas dos damas argentinas que voy a nombrar y que son madre e hija: Lucila Polak y Camila Morrone. ¿Por qué? Porque la primera enamoró a Al Pacino, ¿se acuerdan?, con quien vivió durante 10 años, hasta el 2018. Y su hija Camila, de 22, a Leo DiCaprio, de casi 45, con quien sale desde 2017. Dicho esto, les quiero contar que en lo laboral, la hija supera a la madre ¡con creces!
Se acaba de estrenar el trailer de una película protagonizada por Camila, Mickey and the Bar, que ya pasó por el Festival South By Southwest 2019 y el de Cannes, y en noviembre se estrena en los Estados Unidos. La modelo y actriz está recibiendo elogios de toda la crítica, al igual que el filme, donde resaltan su actuación como “soberbia”, según dice The Hollywood Reporter. “La novata Morrone carga la película en sus hombros hábilmente”, describió la revista Variety, entre otras tantos comentarios muy a favor de su actuación.
¡Vamos, Camila! Yo ya tenía miedo de que además de la belleza , la joven también hubiera heredado las dotes artísticas de su madre. Porque yo tengo muy buena memoria y lamentablemente, jamás voy a poder olvidar esa película que Lucila protagonizó en 2010 –aún usaba su otro apellido, Solá–, junto a AnÍbal Silveyra, titulada Un buen día. ¡En mi vida he visto algo peor!
La película cuyo guión es de Enrique Torres (a quien quiero y admiro, pero bueno, una mancha la tiene cualquiera...) y que dirigió el ya fallecido Nicolás del Boca, su suegro, incluso con una participación de Andrea en el filme, es una pantomima en la que nadie entiende por qué los actores recitan de forma monocorde los textos plagados de frases estereotipadas cual aforismos que no llegan ni a los talones de Narosky. Y encima a Polak la doblaron, por lo que no nos quedó claro sin con su voz real hubiera sido mejor o peor. Las críticas más suaves de entonces decían: “La ilógica del filme, sobre todo en la vuelta de tuerca final, no hace más que confirmar la teoría de que estamos frente a la peor película argentina del año y tal vez una de las diez peores de la historia del cine argentino”. Otra: “Un filme dramático que mata de risa a los espectadores”. Otra: “Es imposible rescatar un momento sin que cause risa y vergüenza ajena”. Y así, un buen día, Un buen día se convirtió en una película de culto y hasta tiene su propio club de fans.
Allá por 2016, más de 800 personas conformaban ya el “Grupo de Apreciación de Un Buen Día” (se llama así, lo juro) y participaban de juntadas y discusiones sobre “la peor mejor película del mundo”. Hoy, tiene 3.634 miembros.
Por si deciden verla y no les queda claro su título, un dato que suma: la frase Un buen día, en la peli los protagonistas la repiten ¡32 veces! Si odiás a alguien, recomendásela ya.