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Lewis Hamilton atraviesa un angustiante momento debido a la salud de su querido perro Roscoe. El piloto de la F1, siete veces campeón del mundo, compartió detalles de la hospitalización del bulldog de 12 años, e informó que canceló un evento de Ferrari por esta situación.

¿Qué le pasó a Roscoe?
"Por favor, tengan presente a Roscoe en sus pensamientos. Quiero mantenerlos informados. Volvió a contraer neumonía y le costaba respirar. Lo ingresaron en el hospital y lo sedaron para calmarlo mientras lo revisaban, y durante el proceso su corazón se paró. Consiguieron que volviera a latir y ahora está en coma”, escribió Hamilton en su cuenta de Instagram el 26 de septiembre, junto a una serie de fotos junto a su fiel compañero.

Angustiado, agregó: “No sabemos si despertará. Mañana intentaremos despertarlo. Estoy a su lado y quiero agradecerles a todos por sus oraciones y apoyo”, expresó junto a las imágenes que lo muestran al lado de Roscoe, que se encuentra dormido y con oxígeno.


Lewis también canceló un evento de moda de Ferrari en Milán, Italia, por el estado de su perro, para quedarse junto a él.

Roscoe está hace 12 años en la vida de Hamilton, y su nombre completo es Roscoe Carl Davidson Hamilton. Lewis y Roscoe son inseparables, y es una estrella más en los paddocks de los Grandes Premios. Roscoe, además, tiene su cuenta de Instagram, roscoelovescoco.
“Soy un bulldog vegano al que le encanta viajar y jugar a la pelota. Me gusta jugar con el frisbee y al tenis”, dice la biografía de la cuenta oficial del bulldog, la cual es supervisada por el propio Hamilton, quien sube fotos y videos de su vida.
En una nota con Dogue, la revista de Vogue sobre moda canina, Lewis dijo sobre su amigo: “Es muy amable, un encanto. Cualquiera puede acercarse a él desde cualquier lugar. Nunca ha atacado a nadie. Es súper tranquilo. No se vuelve loco con otros perros. Es probablemente el perro más tranquilo que existe, de verdad, hasta que ve una pelota...”, explicó.
Hamilton contó también que ha llevado a su perro al cine en más de una ocasión: “La primera vez que fui fue para ver Guardianes de la Galaxia. Éramos solo él y yo. Era en 3D, y él se sentó en la silla a mi lado, y le puse gafas 3D, y se sentó allí viéndola durante cinco minutos, y yo simplemente no podía parar de reír. No podía concentrarme en la película“.