jueves 04 de julio del 2024
DESTACADA 28-05-2024 09:47

La novia de Luisito de Cuestión de Peso ingresó como nueva participante al programa

La nueva participante del ciclo conducido por Mario Massaccesi llegó al reality para poder cumplir uno de sus mayores sueños.

Noelia Báez es la nueva participante de Cuestión de Peso (El Trece), y es la novia de Luisito un ex participante del programa que bajó alrededor de 150 kilos, y hoy tiene una vida mucho más sana. Es oriunda de la ciudad de Corrientes y tiene muchas ganas de ser madre.

Mario Massaccesi la presentó en el programa de ayer afirmando que llegó a Buenos Aires a los 18 años para cambiar su vida, y diversas cuestiones le llevaron a tener sobrepesos y postergar ese deseo de ser madre.

“Su deseo, lo acaba de decir, recuperar esas ganas de ser mamá. Por eso está acá, entre muchas otras cosas. Hay sueños por delante y por delante también hay una balanza. Chequeamos cómo arranca su paso por Cuestión de peso”, recalcó Mario.

Luego de su presentación, tuvo su primera lucha con la balanza, y le arrojó un peso de 124 con 800 gramos, los médicos le indicaron que tiene que bajar al menos 30 kilos par luego hacerse chequeos para saber si es puede o no llegar a ser madre.

Por último, Noelia Báez deberá esperar a las indicaciones médicas para comenzar con el tratamiento y unirse a sus nuevos compañeros para poder llegar a su objetivo máximo. 

Qué dijo Luisito sobre Cuestión de Peso

Luisito criticó la nueva temporada de Cuestión de Peso (El Trece); sin embargo, el jueves 23 de mayo estuvo en el programa y se quebró al recordar su historia.

"No quería llorar, pero verme en los tapes es muy fuerte. Cuestión de Peso era como mi casa, yo venía acá y hacía quilombo, no me importaba nada. Entraba y salía... hacía lo que quería y eso me jugó en contra para mi salud, hasta que llegué a pesar 290 kilos y tomé conciencia".

Respecto a cuándo hizo el click para cambiar su vida para siempre, Luisito relató: "Una noche sentí un dolor en el pecho y pensé que me moría. Fui, la abracé a mi mamá y le dije que no podía más, que me iba a morir gordo. Fue como una despedida. Me acosté a dormir y dije: 'Quedo en manos de Dios'. Me entregué, pero Dios me dio otra oportunidad".

"Ahí empecé a llamarlo a Sergio Verón, pidiéndole ayuda. Me dijo que me iban a aceptar de vuelta en la clínica, pero esta vez era distinto porque yo tenía que tomar conciencia", recordó.

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