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En más de una oportunidad Graciela Alfano reveló episodios que la marcaron a fuego de su pasado, el cual en sus palabras fue muy fuerte. El gran sigmund Freud decía: "No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la de la protección de un padre", y esto parece resonar muy dentro de la exvedette que abrió su corazón nuevamente y en diálogo con Intrusos (América) reveló dramáticos episodios de su pasado con la madre que la marcaron a fuego.
"Mi infancia fue la peor, porque es necesario el adulto que te cuide, un niño de esa edad no puede estar sola por su supervivencia", lanzó sin vueltas la mediática, al recordar que fue abusada desde los cuatro hasta los siete años y no recibió ni el apoyo ni la protección de su madre dado que no creía en sus palabras.
En ese sentido Graciela confesó una malicia que hace su madre con ella cuando era joven y estaba comenzando su carrera: "Yo era hija única y mi madre hizo cosas muy negativas para mi vida personal y profesional. Llamaba a periodistas y les hablaba mal de mí. Yo nunca podía entender que era porque mi madre era una persona especial".
Luego de introducir el sufrimiento que le confería su progenitora, Alfano aseguró desde su casa y via Skype a las figuras de América que eso derivaba en agresiones: "Por eso cada tanto había grandes peleas y yo le llegué a decir que era mi ex madre, cuando vos ves la muerte tan cerca y en situaciones límites, me demostré a mi misma que yo era buena persona".
Tras conmover al panel y a los televidentes, Alfano aseguró que sin conflictos internos liberó fantasmas emocionales dado que en momentos como este, donde contamos con más tiempo para nosotros y nuestro interior, es necesario sanar y limpiar. "En este momento yo lo hago público y lo muestro para sacar como estrategia porque estas cosas nos hacen infelices, hay que sacarse todo eso que nos hacen mal".
Además, la rubia confeso que medita, hace clases de yoga, ordena como "terapia", continúa realizando sesiones por skype con su terapeuta y eso la contiene. "Tuve un quiebre importante hace tres o cuatro días, de manera espantosa. Los negocios a los que yo llamaba para que me manden comida estaban colapsados y me dio una especie de ataque de pánico. No es que me voy a morir de hambre pero me surgieron muchos miedos. Me brotaron grietas de adentro, porque esto de estar mucho tiempo solos nos hace pensar en muchas cosas".
"Mi padre viajaba y yo lo veía un mes en el año. Mi madre se olvidaba de mi, había días enteros que no comía. Yo era una niña abandonada. Había días enteros que me mantenía con una lata de leche condensada. Hubo una noche que mi mamá no volvió, yo tenía cuatro años y le toqué la puerta a mis vecinas, por que me había quedado afuera, y dormí ahí. Mi mamá me castigó duramente, me pegó porque no quería que muestre lo que pasaba adentro de mi familia", relató con lágrimas en los ojos.
"A los cuatro, cinco años desarrollé una técnica de agujerar un huevo con dos puntitos, uno de cada lado y lo chupaba por ahí. Me alimentaba así, por más que tengo mucha terapia encima estas cosas quedan para siempre en uno. Me sacaron las amígdalas sin anestesia y tragué mucha sangre, así como también me operaron del apéndice y me lo sacaron, cuando era sano también. Y a los 7 años se me inflamó la pierna y mi mamá quería amputármela, me salvó una tía. Mi mamá buscaba llamar a la atención de mi padre metiéndome en los quirófanos por eso me daña tanto cuando me dicen que lo único que se hacer es meterme en uno", aseguró. ¡Terrible!
A.A
