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El día martes trascendió que la novia de Pablo Cabaleiro (el Mago sin Dientes), Ana María Patricelli, fue encontrada muerta en su departamento en el barrio de Palermo con una bolsa negra en la cabeza, pastillas y alcohol. Luego de que se conociera la estremecedora noticia, comenzó a circular la última carta que la empresaria había escrito para manifestar su preocupación por sus empleados y la economía del país ante la crisis.
La mujer de 49 años era despachante de aduana y manejaba una Pyme. Por la alarmante situación económica que arrastró la pandemia y las consecuentes medidas estrictas que debió tomar el Gobierno para evitar propagar la curva por coronavirus, su bolsillo, tal como el de muchos argentinos, ajustaba y las preocupaciones le aumentaban día tras día. Fue por ello que escribió una carta a corazón abierto dando su punto de vista y un profundo descargo, que reflotó tras su inesperada muerte.
"Antes que nada, quiero aclarar que priorizo la vida antes que la economía. Pero quiero aclarar y hacer que se escuchen todos y todas las personas que pueda, que estoy harta de arriesgar, de apostar al trabajo, de contratar gente, de tratar de generar nuevos negocios y empleos", comenzó en la carta que publicó en marzo en la que manifestaba su cansancio y preocupación ante la rigidez del aislamiento social, preventivo y obligatorio en Argentina a causa del COVID-19, que mientras más se endurecía, más se perjudicaba.
En esa misma línea, la empresaria se había pronunciado contra las medidas del Gobierno para mermar la crisis. "Pasan los días, nos van comunicando medidas y nosotros, generadores y pagadores de sueldos, no aparecemos en ningún beneficio. ¿Sabrán los gobernantes la desazón y el miedo que genera pensar el no poder pagar sueldos, esos sueldos de familias que dependen de lo que ganan para alimentarse, comprar remedios, etc.? ¿El no poner cubrir cheques, no poder abonar a proveedores que luego las deudas se nos acumulan?", aseguraba en el escrito muy indignada.
Finalmente decía que tenía una mini pyme, las cuales se vieron altamente perjudicadas por las medidas de aislamiento y prevención, que llevaba en el mercado más de 30 años e inicialmente tenía 20 empleados, aunque por la crisis de los últimos años a nivel país, debió achicarse y terminó solo con 7 personas a su cargo. "7 empleados que deben alimentar a sus familias. A mis empleados les tengo que pagar el 100% del sueldo sin generar, mi espalda no puede más con esta situación", indicaba con hartazgo.
A modo de cierre, se había manifestado enérgicamente en contra del oficialismo y la toma de medidas urgentes. "Ya no duermo pensando en los problemas que voy a tener cuando empiecen a entrar los cheques, los cuales sin actividad no puedo cubrir. No soy empresaria, soy una trabajadora más que apuesta y da trabajo. El Estado se olvida de mí y de miles, de varios miles".
A.A