viernes 19 de abril del 2024
DESTACADA 05-01-2018 00:49

Nueve famosas argentinas que contaron que abortaron

Muriel Santa Ana reveló que se realizó un aborto cuando tenía 24 años y se comenzó con un debate sobre el tema. Otras famosas que hicieron su relato.

El caso de Muriel Santa Ana no es el primero entre los famosos que cuentan, en primera persona, que decidieron abortar. El caso de la actriz de Sandro de América ocurrió, según ella explicó, "a los 24 años estando en pareja porque no quería ser madre."

Otro de los casos es el de la periodista Gisela Marziotta quien hizo su relato en una nota que el diario PERFIL publicó tiempo atrás: "Tenía 20 años y en ese momento le pareció la decisión adecuada". En aquel momento, se plenamente a favor de la legalización y aseguraba: “Una mujer humilde no llega a tener mil dólares para pagar la operación en una clínica con los cuidados básicos. El aborto debe ser legal para que pase a ser una decisión personal, porque las mujeres se siguen muriendo por hacerlo en la clandestinidad”.

En la misma nota, Moria Casán reveló que a pesar de ser “muy religiosa”, abortó cuando tenía 16 años. En su relato, explicó que ella no quería ser mamá, no estaba enamorada y su madre la acompañó a una clínica ilegal donde le hicieron la operación. “En mi casa no se habló del tema, mi padre nunca lo supo. Lo viví pero no doy consejos sobre hacerlo o no, sí creo que cada uno debe poder decidirlo. Hace poco una mucama de mi casa quedó embarazada y no quería tener más hijos. Sin dudarlo la acompañé a una partera y le pagué la cirugía”, cuentó. “Para los que dicen que legalizarlo sería matar a un bebé, es importante que sepan que la vida de una persona también se pierde haciéndoselo en forma clandestina”, remarcaba en la nota.

Otro caso fue el de Carmen Barbieri quien tomó la decisión por un problema de salud. Después de tener a su hijo Federico, quedó nuevamente embarazada. “Gracias al apoyo de mi marido, tomé la decisión de frenar el embarazo por el riesgo que corría mi vida. Los médicos me alentaban para que lo continúe y ver hasta dónde podía llegar, pero la verdad es que tenía miedo. Fede era muy chico y fue duro, triste, pero lo tuve que hacer. Hay que analizar cada caso en particular, pero creo que es necesario que toda la sociedad debata y piense en este tema que nos afecta a todos”,

aseguraba en 2010.

A la cantante Marilina Ross la decisión que tomó a los 19 años le cambió la vida. Por una cirugía mal hecha no pudo tener hijos, y por eso defiende a ultranza la necesidad de que “las cosas se hagan bien”. “Estoy también a favor de multiplicar las campañas de educación sexual para lograr que los jóvenes se cuiden al hacer el amor. Es necesario para la sociedad que se debata este tema en profundidad, que no sea un River-Boca, sino analizar qué es lo mejor para las mujeres que quieren abortar. Se necesita mucha contención y apoyo para superar ese momento”, afirmó.

Otro de los casos fue el de la actriz de telenovelas Cristina Tejedor quien reveló en el piso de Intratables que fue inducida a un aborto tras haber sido abusada sexualmente. “A mi me violaron, me embarazaron y tuve que abortar“, confesó la actriz al debatir sobre el embarazo de Gisela Berger y el ex candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli. La actriz explicó que cuando le contó al médico antes de abortar que habían abusado de ella el profesional no le creyó y le dijo que eso era lo que decían todas las que decidían interrumpir el embarazo.

La escritora Beatriz Sarlo también explicó que abortó cuatro veces y asegura que no siente culpa por esos actos. “La primera vez fue a los diecisiete años, nadie me obligó y fue una decisión propia. Lo más triste de la situación fue la sucia clandestinidad del consultorio, y el dinero que tuve que entregar casi en el mismo momento en que me ataban a una camilla”, relató.

La directora de teatro Lía Jelin también narró su historia: “En ese momento de mi vida no deseaba ser madre y no me arrepiento. Hoy es un tema que sigue siendo tabú. Al ser algo clandestino, afecta las susceptibilidades de muchas personas, pero lo que importa es que cada uno elija lo que quiere para su vida”.

La actriz Marina Glezer también contó en primera persona como fue su aborto cuando tenía 18 años por medio de una carta con un fuerto relato.

La carta de Marina Glezer:

"Yo aborté. Cuando me quedé embarazada por primera vez, tenía dieciocho años. Hice el amor con mi actual compañero, padre de mis dos hijos, sin preservativo porque estaba indispuesta. Sin acceso a una educación sexual, pese a mi privilegio de educación privada, pensaba erróneamente que no ovulaba mientras transitaba el período. Mito que desintegro en el acto mientras me leen, siempre hay que usar preservativo, aún menstruando, podés embarazarte.

No me convertí en madre en ese momento, porque atrapada al rol de hija todavía, el miedo de semejante estado de vulnerabilidad, hizo que consultara que decisión tomar con mi padre. Él muy sabio, por viejo, me confirmo algo que con los años seria cierto, no era él quien sería el primero en saber semejante noticia cuando realmente deseara un hijo. No es lo mismo “Vas a ser abuelo” que “estoy embarazada, ¿qué hago?”·

Es un tema profundo y no me alcanzarían los caracteres para analizar porque y cómo nos embarazamos las mujeres. Y cuando es momento o no de formar una familia.

Planificar es un derecho. También en la sorpresa uno planifica. A medida que la sorpresa es noticia para toda la vida. Porque si hay algo que es un hijo, es la responsabilidad vitalicia de un amor lo suficientemente bueno.

Yo era pequeña cuando tomé la decisión de abortar. Pequeña para semejante sensación de muerte. Pero por suerte, tenía ochocientos pesos (era el año 1999) y un médico abortista en Barrio Norte. Que no me dejó secuelas médicas ni dificultades. Desde entonces, después de pasar seis meses de infierno, hasta que dejó de ser clandestino y elaboré el duelo, sentí como causa propia la injusticia de no tener derecho a elegir.

Yo no pude elegir con libertad y sentirme contenida. Y la mujer que no tiene recursos, puede morir. Es grave.

Cuento esto con todo el pudor en mi cuerpo escabulléndose por todos los poros abiertos. Y con mis dos hijos durmiendo. Pero con todo el horror que me hace imaginar mujeres desangrandose en abortos con malapraxis, por injusticia social. Los ricos sí pueden hacerlo bien, aún en la clandestinidad, los pobres no.

Es injusto pensar que abortar es matar, mientras que es morir. Es injusto que las mujeres no tengamos el derecho a elegir cuando queremos amar a alguien para toda la vida. Es injusto que pudiendo procrear a partir de los once años no haya un estado responsable educándonos para prevenirnos de embarazos no deseados.

Igual nos embarazamos, igual abortamos. Igual queremos y frente a eso nos fortalecemos. Abortar es un derecho. Tiene que ser legal, seguro y gratuito. Nadie merece ser un hijo no deseado. Nadie merece ser madre sin quererlo. Y todas las mujeres juntas debemos reclamar nuestros derechos. Quien se embaraza por accidente no puede ser madre por obligación. Ahora que soy madre adulta, mas segura y agradecida estoy de las decisiones que tomé cuando era adolescente."