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Fabián Quintiero, conocido popularmente como Zorrito Von Quintiero, decidió cerrar las puertas de su mítico restaurante, Bruni, en el Bajo Belgrano, harto de la pesada carga tributaria, las excesivas obligaciones y todo lo que conlleva a poder sostener un local del rubro y la "pymedemia". El músico de rock publicó una dura carta explicando la larga lista que lo llevó a tomar la drástica determinación
Como muchos otros empresarios gastronómicos, al Zorrito Von Quintiero le ha costado surfear la situación en la que se vio inmersa la industria -entre tantas otras- debido a la pandemia por Covid-19. Sin embargo , según detalló el músico y cocinero en una extensa carta publicada en su cuenta de Instagram, el tema es mucho más profundo y tiene que ver con la dura tarea de llevar adelante una pyme gastronómica frente a los innumerables impuestos y obligaciones con distintas empresas, sindicatos, etc.
Todo esto significó para el también arquitecto, de 55 años de edad, la imposibilidad de continuar con Bruni, el local que abrió en 2008, en la esquina de Sucre y Castañeda, en el Bajo Belgrano, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Porqué cerró su restaurante el Zorrito Von Quintiero
"¡Adiós Bruni! ¡Ya te desarman! ¡Sos historia! Adiós a la vida de gastro pyme argentina y sus consecuencias. No es queja, es una descripción. Bienvenida una más libre de iva, ingresos brutos, art, seguros de vida, seguridad social, cuota sindical, retenciones, percepciones, comisiones de tarjetas de crédito, débito, mercado pago y aplicaciones de delivery, servicio de posnet, alquiler, ABL, luz, Gas, agua, cuenta de banco, impuesto al cheque, autónomos del presidente, sueldos, abonos de sistema facturación, abogados, contador y si te queda algo el 30 por ciento de ganancias. Todos comiendo del mismo plato".
"Un Excel demencial. Adiós también a los gestores, inspectores y el código imposible. Adiós también al leonino contrato de alquiler que siempre se está acabando, a sus herederos propietarios, su ingratitud y su miserable soberbia. Adiós al robo hormiga de cada día de algunos y sus socios caranchos. ¡Tantas historias! Como la de la manager confesa, como que no venga el chef tantas veces, como la del día de la madre que se trabó la cocina y tanto para contar. ¡Tragicómico!"
"Lo vine intentando desde abajo, con éxitos y golpes, pero no es por la pandemia, es por la 'pymedemia' muy nuestra, que viene de hace años. ¡Te cansa posta!"
"Gracias al staff que tuvimos, algunos promovedores por sus trato y su paciencia, sobre todo cuando llegó el virus, gracias a un sponsor como @stellaartoisarg por acompañarme cada año, a los restos vecinos por convivir y competir con afecto, salvo excepciones como siempre, y sobre todo gracias a los clientes que vinieron a compartir y disfrutar con alegría y ganas, sintetizado en las personas de Alberto y Stella, quienes fueron los primeros en entrar cuando no entraba nadie, aquel 2 de Junio de 2008. ¡Estela Hartas! Como la bauticé cariñosamente un mediodía que se quejaba por algo. ¡Como te quiero!"
"Son emociones mezcladas y una decisión personal culpa de nadie; sin embargo, tengo esa nostalgia de seguir acá comiendo, la esquina me extrañará, siempre bebiendo, siento la tristeza de partir, ya estoy saliendo, yo también la extrañaré, agradeciendo, solo me queda por decir, que me estoy yendo, a un lugar que me haga más feliz... ¡Vamos viendo!".
L.M