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Sebastián Estevanez se ha convertido en uno de los galanes de la ficción nacional más queridos, participando en novelas como "Dulce Amor", "Amor en custodia" y "Camino al amor". Sin embargo, hace cuatro años que decidió retirarse de este mundo y a sus 55 años disfruta de la vida en familia.
Nacido el 4 de noviembre de 1970, ha logrado su salto a la fama con grandes actuaciones y su labor como productor. Pero, pese a haber triunfado en el lado artístico, optó por resguardarse y darle un giro 360° a su vida. Hoy continúa disfrutando en su nueva casa de Tigre junto a su mujer Ivana Saccani y sus hijos Francesca, Benicio, Valentino y Faustino.
Actualmente, se dedica a la construcción y, según contó en una entrevista para la revista Hola, “no soy arquitecto, tampoco ingeniero, pero me encanta todo lo que tiene que ver con llevar adelante un proyecto de obra. Soy el que nuclea todos los proveedores: pintor, techista, albañil, plomero…”
Asimismo, admite la dificultad que significó tomar esta decisión: "Para mí fue y es un duelo. Tuve que hacer terapia. Pensá que trabajé más de veinte años en la televisión, así que dejar todo eso me costó un montón. Sé que me iba muy bien, tenía mucho laburo y de verdad amaba lo que hacía, pero al mismo tiempo quería aprovechar el tiempo de otra manera". "Mi pasión por la actuación sigue intacta, simplemente cambié de rumbo. Creo que por eso sigo sintiendo un poco de dolor y nostalgia", aseguró.
Pero, la realidad es que "cada vez me pesaba más esto de estar tanto tiempo fuera de casa. Tenía una hora de viaje hasta los estudios, más las ocho, diez horas de grabación. Ese nivel de intensidad lo mantuve durante años. Incluso hubo novelas que se extendieron por dos años y medio. Hoy sigo trabajando la misma cantidad de horas, pero puedo gestionar mi agenda y mis horarios".
¿Cómo conoció Sebastián Estevanez a su mujer?
El actor conoció al gran amor de su vida cuando tenía 31 años y la vio en un desfile, una bella y joven mujer de 18 años. El flechazo fue tal que, tres años después, se casaron. En 2004 celebraron la ceremonia en la Basílica San Carlos en el barrio de Almagro donde su abuela Amanda se bautizó y, finalmente, se casó con Adolfo.
En una nota para La Nación, contó: “Aquella noche entré a un lugar lleno de chicas que se estaban cambiando y la vi a Ivana a unos quince metros de donde estaba yo parado. El estómago se me estrujó, me dio como un cosquilleo. Yo tenía que ir para el otro lado, pero me fui directo a verla de cerca. No entendía nada, se me paró el mundo”.
Además, reveló que fue lo que lo enamoró: "Me sedujo que era igual de linda de adentro que de afuera. No, miento, de adentro es más linda. Recuerdo que, en los primeros tiempos de noviazgo, la miraba y pensaba que no podía ser tan linda. Me levantaba a la mañana y la observaba dormida".