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Pasada la medianoche del 1 de mayo, El Trece puso al aire las imágenes del tremendo accidente que sufrió Federico Bal en Brasil mientras grababa escenas para Resto del Mundo, el ciclo que conduce en esa pantalla.
Federico Bal sigue en plena recuperación después de la operación a la que se tuvo que someter para reconstruir su brazo izquierdo, que se rompió en tres partes tras precipitarse el parapente a motor en el que se encontraba con el afán de grabar imágenes para Resto del Mundo.
Tal como lo había advertido en su programa radial en FM Gente Radiovision 107.5, este sábado el ciclo que conduce tuvo una emisión especial con el video del momento exacto del accidente que pudo haberle costado la vida al conductor.
Según contó el mismo Bal, al sentarse en el parapente sintió que se movía todo y que la situación no iba a terminar bien. "De entrada noté algo raro que me dio un poco de desconfianza. No les voy a mentir. Tenía una corazonada que algo de esto no estaba bien", dijo Fede, quien grabó el off de la emisión para presentarlo al público. "Pero el piloto estaba confiado, porque hace 20 años que se dedica a esto y nunca le había pasado nada. Todo pasó muy rápido", agregó.
Cómo fue el accidente de Fede Bal
Tras el primer intento fallido de despegar, probaron una segunda vez... Y ahí ocurrió el desastre. "Sentí que toda la estructura temblaba mientras carreteábamos, y me di cuenta de que no iba a terminar bien. Llegó el viento, la vela se puso de costado, apareció un pozo y todo se puso al revés", detalló.
Fede contó que una pareja fue testigo del accidente y corrió a ayudarlos. "Yo sabía que tenía el brazo afuera. Yo me vi el hueso del antebrazo afuera de mi cuerpo mientras perdía muchísima sangre", explicó el hijo de Carmen Barbieri. "Me llevaron hasta el hospital municipal agarrándome el brazo para que no se me cayera porque lo único que me lo sostenía era mi piel", añadió.
Pero con una calma inusitada, Federico miró su cuerpo y dijo: "No pasa nada, me quebré el brazo nomás. Alguien que me ayude y me haga un torniquete", llevando tranquilidad a su equipo. Una serenidad que podría haber sido generada por la adrenalina del momento, pero que siguió los días posteriores. La voluntad, la templanza del conductor fue todo y es digna de admirar.
L.M
