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Alberto Cormillot habló sobre lo prejuicios de tener intimidad después de los 80 y aseguró que existe la sexualidad a cualquier edad.
En la previa de su cumpleaños número 87, el doctor dialogó con Catalina Dlugi en Agarrate Catalina por La Once Diez, y explicó por qué bailar tap es tan importante para él: "Yo lo tomo como alguien que tiene una rara facultad para persistir en las cosas que me cuestan mucho trabajo. Me cuesta mucho trabajo y lo tomo como un desafío de aprendizaje, porque hay cero talento, cero inteligencia física y mucha perseverancia. Que no me salga y repetir, y no me sale y repetir, y no me sale y repetir. Es eso".
Luego, Dlugi indagó: "Uno puede entenderlo en un atleta, en alguien que tiene esa profesión, pero en usted, que es un hombre que tiene toda una carrera hecha en la medicina y a favor de comer sano y de mantenerse joven, llama mucho la atención. O por ejemplo, cuando hace alguna declaración sobre su sexualidad, también. Es como que todo lo que hace Cormillot sorprende".
Qué dijo Alberto Cormillot sobre la sexualidad
"La cosa es así. Yo hacía tap y como hacía todos los años una muestra, un año dije: 'Bueno, voy a hacer, voy a hacer algo distinto'. Voy a bajar colgado. Y cuando me colgué, me di cuenta de que podía hacer cosas que nunca me había imaginado. Entonces, como me da curiosidad y me gusta aprender, ahí aprendí. Ahora, coincidió con que una periodista, revisando archivos, encuentra una nota mía de hace veinte o treinta años, no sé cuánto, donde yo decía: 'Yo voy a seguir teniendo sexo después de los ochenta'. Bueno, me dijo: '¿Te copas hacer nota?'. Sí, me pareció interesante hacerla", respondió Cormillot.
"El hecho de que alguien viejo, o adulto mayor o, la palabra que vos le pongas, ahí aparece el viejismo, ¿no? Los adultos mayores no pueden tener sexo ni hablar de sexo, ¿no?. El viejismo es una manera de autodiscriminación, porque hay mucha gente que ya no puede. Y hay mucha gente que ya se dice que no puede. Y yo creo que son más los que se dicen que no pueden de los que realmente no pueden, Catalina. No es que yo lo hablé para hacer alarde, lo hable para decir: 'Mirá, existe la sexualidad después de los setenta y después de los ochenta'. Que uno lo quiera negar, pero está negando una cosa que existe, ¿no?", reflexionó.
"Fijate que la discriminación es tan grande que hasta tiene una connotación negativa la palabra viejo. Y bueno, y es una de las edades... Uno tiene la edad... Es niño, adolescente, adulto y viejo. Le podés poner otro nombre, pero...", continuó.
A su vez, Alberto Cormillot aseguró que está orgulloso de su edad: "A mí no me molesta decir que soy una persona ‘vieja’, porque soy de la vejez. Pero lo que pasa es que si la connotación que vos le das es la de decrepitud. Porque si vos entrás en el diccionario ideológico, había palabras asociadas con juventud, ocho, diez, y eran todas lindas. Palabras asociadas con vejez, había cuarenta. Todas malas".