sábado 28 de diciembre del 2024
DESTACADA 23-02-2018 20:00

Viña del Mar: El evento latino al que las estrellas mundiales temen y desafían

Por Gustavo Mendez | El público es considerado “El monstruo” por el nivel más alto de exigencia de Hispanoamérica. Desde La Quinta Vergara, más de seis horas en vivo de show transmitido por televisión con un alcance de 150 millones de espectadores.

Viña del mar 2018
Viña del mar 2018 |

“Nunca más volveré”, exclamó Xuxa con lágrimas en los ojos tras recibir un furioso abucheo del público del Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en el año 2000 y que a través de los años se ganó el mote de “El Monstruo” de La Quinta Vergara, la arena más temida de Latinoamérica.

Todos los años Viña del Mar colapsa de gente cuando La Quinta Vergara abre sus puertas para vivir noches continuadas de recitales y humor. Un evento artístico único en la región que paraliza a todo un país durante seis horas y media con la transmisión en vivo por Chilevisión (para Chile) y TNT (el mundo) y cuyo alcance llega a 150 millones de espectadores de manera directa por las estrellas mundiales que contratan para cada temporada.

Con un presupuesto de entre 11 y 12 millones de dólares (220 millones de pesos), la 59° edición que el domingo con el quinteto CNCO, contó con Jamiroquai, Europe, Gente de Zona, Miguel Bosé, y hasta el creador del hit del siglo XXI, Luis Fonsi, quien habría embolsado 700 mil dólares. Esta noche Carlos Vives cierra la ante última jornada.

El Festival es un fenómeno social, cultural y multitarget para todo Chile. Ni la más cruda y feroz dictadura militar de Augusto Pinochet pudo detenerlo. “Tras el Golpe del 74´el toque de queda nacional que comenzaba a las 8 de la noche se extendió hasta que finalizara el festival”, cuenta Marcelo Sandoval, Director de Comunicación de Chilevisión, emisora de Turner a la que este año se le vence la licencia de transmisión por TNT e irá a la carga para renovarla. “Tampoco se hablaba de farándula en ese época pero sí en el Festival”, agrega Sandoval. El ex dictador Pinochet y la Junta Militar dejaban Santiago y se instalaban en la ciudad balnearia para vivir el tradicional evento musical. “Quisimos llevar una gigantesca promoción en Caracas pero nos fue imposible. El servicio de seguridad nos dijeron que era peligroso”, suma Sandoval y reconoce que “todavía nos cuesta con Argentina, son un público muy pasional pero muy nacionalistas”.

En sus casi seis décadas de vida, La Quinta Vergara (con forma de concha marina) cobijó a promesas que luego se impulsaron hacia el estrellato en Latinoamérica: Julio iglesias, “El Puma” Rodríguez, nuestro Sandro, y Shakira. La colombiana vino hace 20 años y nunca más regresó a encontrarse con “El Monstruo”. Productores históricos del Festival comentan que Shakira quiere una noche exclusiva para ella, sin compartir escenario con ningún otro artista, situación que generó enojo en los organizadores porque lo consideran una ofensa. También recuerdan el fallido paso de Luis Miguel. “Es muy complejo, mañoso, manda con gestos raros, no se podía mirarlo a la cara”, cuenta Sandoval. Morrisey, en 2012, fue la última star que provocó fastidio en el público y no por su performance sobre el escenario. “Pidió que dentro de La Quinta Vergara y en la periferia no haya ningún local que provenga de animales. Envió aun grupo de seguridad y a una señora trabajadora le cortaron los cables de la energía eléctrica y perdió toda la mercadería”. Y otro malestar interno que provocó el cantante inglés fue que pidió que sacaran a Carlos Sánchez, un histórico productor porque “le daba malas energías”. Tampoco quiso recibir La Gaviota Ni las Antorchas que son una tradición importante para el Festival y “El Monstruo”. Ricardo Arjona no da notas al igual que Jamiroquai que cerró la jornada del jueves. “Lali Espósito que fue jurado supo aprovechar al máximo, fue a los tres programas satélites del Festival, cantó, y se fue con una gran recepción para el público chileno”, suma el Director de Comunicaciones. Y cierra: “Acá vienen las estrellas a probarse el ego, porque los públicos están mezclados, no es que solo vienen verlo a él o ella. Y el público puede llevarte allá arriba o enterrarte bien abajo”.

*Desde Viña del Mar, Chile.

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