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La Casa de Papel, la serie española de Antena 3, se ha convertido en un verdadero suceso en Netflix. ¿Por qué? Porque tiene de todo y nos atrapa a cada instante con giros inesperados. Aquí, algunas de las razones por la que no hay que perderse esta ficción sobre un robo a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre.
1) El elenco: cada uno de los personajes está encarado y encarnado con maestría El profesor (Álvaro Morte), Berlín (Pedro Alonso) Tokio (Úrsula Corberó) y la inspectora Murillo (Iztiar Ituño), son sencillamente sobresalientes. Un elenco de alto vuelo y sin fisuras.
2) La narración y el tiempo: cómo está contada la historia, y la relación de cada segundo, minuto y hora por el peso que tienen en el desarrollo de la trama. Atrapante por dónde se lo mire.
3) Imprevisible: sin dudas, si hay algo caracteriza a la serie, es que nada parece lo que realmente es. Y cuando parece que llegará algo previsible o trillado, un nuevo giro vuelve a sorprendernos.
4) Tiene todo: acción, con escenas de tiroteos fascinantes; romanticismo y sexo que alimentan la historia; y suspenso para no querer despegarse del sillón.
5) Calidad: con un equipo de más de 100 personas, La Casa de Papel derrocha calidad técnica y estética por dónde se la mire. Cada plano es una obra de arte.
6) Vestuario: el overol rojo y la máscara de Dalí que usa toda la banda de ladrones y los rehenes, ya se convirtió en una marca registrada de la serie.
7) Mezcla generacional: además del gran elenco que tiene, tal como mencionamos anteriormente, la fusión entre actores jóvenes y veteranos resulta un ingrediente primordial en la historia.
8) Identificación: ¿¡Quién no se identificaría con un grupo de ladrones simpático que busca dar un golpe perfecto, millonario, sin lastimar ni robarle nada a nadie!? Todos queremos una careta.
9) La idea: no es la primera de una robo, y tampoco será la última, pero el argumento utilizado en el desarrollo es sumamente atractivo
10) Úrsula Corberó: como bonus, la joven y bella novia del Chino Darín, es una bomba que seduce, además de por sus dotes actorales, por las curvas que luce en la pantalla con escenas de alto voltaje.
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