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El cardenal que presidió la última misa antes del cónclave para elegir a un nuevo Papa instó el miércoles a sus homólogos a elegir a alguien capaz de proteger la unidad de la Iglesia católica y liderar un momento "difícil y complejo" de la historia.
Cardenales de los cinco continentes celebraron una misa final en la Basílica de San Pedro del Vaticano antes de encerrarse para elegir a un nuevo líder para los 1.400 millones de católicos del mundo.

¿Cuántos cardenales votan para nuevo Papa?
Un total de 133 cardenales electores participarán en el cónclave, el proceso de votación para elegir al sucesor del Papa Francisco, fallecido el mes pasado tras 12 años de papado.
Un número récord de eclesiásticos son elegibles para votar en el cónclave. Hay 135 que cumplen los requisitos - ser cardenal menor de 80 años - pero sólo 133 participarán en la votación, ya que dos de ellos están demasiado enfermos para asistir. Esta cifra es superior a los 115 de los dos últimos cónclaves, celebrados en 2005 y 2013.
Entre ellos, 52 proceden de Europa, 23 de Asia, 17 de América del Sur o Central, 17 de África, 20 de América del Norte y cuatro de Oceanía. Los cardenales electores proceden de 69 países de los cinco continentes, otro récord, además de Jerusalén.

¿Quién es el cardenal más joven?
La edad media de los cardenales electores es de 70 años y tres meses. El más joven es el ucraniano Mykola Bychok, arzobispo de Melbourne, con 45 años.
El de más edad es el español Carlos Osoro Sierra, que con 79 años y 11 meses era casi demasiado mayor para votar.
Una gran mayoría, el 81,2 por ciento, de los 133 cardenales electores fueron nombrados por el Papa Francisco durante sus 12 años al frente de la Santa Sede. Estos 108 participan en su primer cónclave. Entre los veteranos, 20 fueron nombrados por Benedicto XVI y cinco por Juan Pablo II.

Durante siglos, tanto el papado como el colegio cardenalicio estuvieron dominados por italianos, pero con la globalización de la Iglesia su número ha disminuido. No obstante, con 17, Italia sigue teniendo la mayor contribución nacional, frente a los 28 de 2013.
Unos 15 países están representados por primera vez, con cardenales de Haití, Cabo Verde, Papúa Nueva Guinea y Sudán del Sur. Dentro de la Iglesia católica hay varias órdenes religiosas. Francisco, por ejemplo, fue jesuita y 18 de estos movimientos tendrán cardenales en la Capilla Sixtina para la votación.
¿Cuántos votos se necesitan para el nuevo Papa?
El nuevo Papa necesitará una mayoría de dos tercios. Con 133 en la sala, 89 cardenales deberán escribir su nombre en sus papeletas secretas.
Las papeletas emitidas por los cardenales se queman en una estufa, tanto para preservar el secreto del proceso como para servir de señal de progreso a los fieles congregados fuera de la capilla sellada.
Hoy se utilizan dos estufas, conectadas a la misma chimenea. En una se queman las papeletas, en la otra se quema un compuesto químico para crear humo negro -todavía no hay mayoría- o blanco -se ha elegido un nuevo Papa.

¿Qué pasa si no eligen nuevo Papa?
Si no surge un claro ganador en la votación inicial, los cardenales votarán cuatro veces al día, dos por la mañana y dos por la tarde, hasta que surja una mayoría. Si no surge rápidamente una mayoría, en teoría un cónclave podría prolongarse durante semanas o meses.
En la práctica, los dos anteriores -la elección de Benedicto XVI en 2005 y la de Francisco en 2013- duraron dos días. En los siglos XX y XXI, los cónclaves nunca han durado más de cinco días, como fue el caso de la elección del Papa Pío XI en 1922, que requirió 14 votaciones.
¿Qué pasa tras la elección del nuevo papa?
El cardenal elegido deberá responder a dos preguntas del decano: "¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?" y "¿Cómo quieres ser llamado?". Si responde sí a la primera, se convierte en papa y obispo de Roma.
El nuevo pontífice se retira a una habitación conocida como la Sala de las lágrimas para ponerse el traje papal. Desde el balcón de la basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono anuncia "Habemus papam". A continuación, aparece el nuevo pontífice e imparte su bendición "urbi et orbi" (A la ciudad y al mundo).