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Lía Salgado fue la primera periodista en conducir un talk show en Argentina y cobró mucha popularidad. Pese a que fue una figura de los 90', con los años se alejó de los medios.
La comunicadora estuvo al frente de Hablemos con Lía y Sin Vueltas, y se destacó porque el formato norteamericano aún no era conocido en Argentina.
Con el paso del tiempo, Lía Salgado bajó su perfil mediático y no regresó a la televisión. Además atravesó algunos problemas personales: fue víctima de mala praxis y luchó durante muchos años contra la depresión.
Cómo será el regreso de Lía Salgado a la televisión
Días atrás, la locutora dialogó con Vero Morilla, La Criti y Fede Flowers en Se terminó la joda (Splendid AM 990), y adelantó que regresará a la TV próximamente.
"Estoy armando un programa que va a salir en el canal Somos sobre salud mental y bienestar en general", contó.
"El tema de la salud mental es bastante difícil de tratar. Yo estos últimos años estuve con depresión, que es una enfermedad muy difícil de curar. Me curé, pero uno pasa por muchas cosas para que eso pase. Y a veces terminás haciendo muchas macanas cuando no querés y con quien no debés, porque la cabeza tuya no está bien", confesó.
"A partir de eso, a mi hijo se le ocurrió la idea y decidimos hacer un programa. La gente pasa mucho estrés y preocupaciones, tienen ansiedad por el laburo... Hay un montón de temas para hablar con todas las generaciones", agregó.
"Yo en estos veinte y pico de años estuve encerrada en mi casa, no salí casi nada. Por ahí trabajé un poco y volví. Estaba muy encerrada. Me llamaban, pero los de la tele no es que me llamaran para ver cómo estaba o cómo me podían ayudar", detalló.
"Pasé por lo peor y estoy viva. Ahora puedo contar mi historia y ayudar a otros", expresó Lía Salgado.
El jueves 29 de mayo, la conductora visitó DDM (América TV) y dio más detalles sobre su salud: "Estoy terminando de arrastrar algunas cosas... Como la mala praxis médica en las piernas, tratando de rehabilitarme bien, y para la depresión sigo con terapia pero estoy curada, me dieron de alta".
"Es muy difícil entender que es una enfermedad. Porque uno se siente culpable de estar mal, de no poder ayudar a los demás como querés... Eso pesa mucho. Pero por suerte encontré un buen terapeuta, Dios me iluminó, porque era muy difícil salir sola", se sinceró Lía Salgado.