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Como en los últimos 22 años, Luciano Castro se puso en traje de galán para regresar a la pantalla chica con un tira. El actor es parte de Pequeña Victoria, la nueva ficción de Telefe que debutó esta semana arrasando en el rating.
Feliz con el personaje que le toca interpretar, el artista aseguró que tiene ganas de comenzar a incursionar en nuevas variantes artísticas que lo corran un poco del papel de "bonito". Sin embargo, y a pesar de la extensa trayectoria que posee, Luciano se encontró con una traba que le quita posibilidades a la hora de encarar nuevos proyectos.
"Me gustaría dejar de hacer de bonito y hacer unitarios y cine y, sin tengo la posibilidad, disfrutaría de hacer una miniserie. Lo que pasa es que yo tengo una contra que durante muchos años fue una ventaja, y que es que no tengo representante. Y ahora hay tantas plataformas y tantas cosas para hacer que yo no puedo estar fisicamente en todos lados", expresó en una entrevista con Intrusos.
"Para poder hacer eso debería mandar a alguien que se ocupe, pero un representante te come una torta", explicó divertido en referencia al porcentaje que debería pagarle. Es que en su 26 años en el medio, Castro siempre negoció sus propios contratos.
En ese sentido, y ante la consulta de Jorge Rial sobre si no creía que en este momento necesitaría un representante, se hizo cargo. "Sí, porque son tantas las plaformas que se abrieron, y es tanto mi deseo de dejar de hacer tira, que ya con 45 años me gustaría hacer un unitario, una película, una seire... algo distntito", aseguró. ¿Se animará a contrata un representante. Por otra parte, contó que en varias oportunidades le pidió a Sebastián Ortega que le diera un papel en El Marginal, pero nunca lo pudo lograr.
La nueva ficción de Telefe cuenta la historia de cuatro mujeres que criarán juntas a la Pequeña Victoria. Jazmín (Díaz) es una ejecutiva exitosa que está peleando por un ascenso en la empresa en la que trabaja. Llegando a los 40 años, toma la decisión de ser madre sola, pero para que el embarazo no perjudique su carrera,elige subrogar el vientre de Bárbara (Pérez). En medio de una reunión crucial sobre su futuro laboral, Jazmín recibe el mensaje que anuncia que se adelantó el nacimiento de su hija y debe ingeniárselas para salir rumbo a la clínica.
Por su parte,Bárbara alquiló su vientre a cambio de una remuneración que mejore su calidad de vida.Al entrar en trabajo de parto, pide un auto y así conoce a Selva (Estévez), la conductora, que siente la necesidad de quedarse a acompañarla.
Por complicaciones en el parto, el contrato de subrogación se altera y la gestante comienza a vincularse con la beba. Además, resulta necesario contactar al donante que, para sorpresa de todos, es Emma (Genesio) una mujer trans.
Jazmín empezará a tener problemas para combinar su ocupada agenda laboral con el cuidado de su hija. Al mismo tiempo, comenzará a sentirse rara con la constante presencia de estas mujeres desconocidas en su vida, compartiendo la crianza de la Pequeña Victoria.
E.C