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Mercedes Ninci fue una de las personas que sufrió consecuencias negativas por el incendio que afecta nuevamente a Córdoba luego de que el fuego llegara a la casa de su infancia.
En medio de la cobertura que realizó TN en el lugar, la periodista pudo ver como las llamas alcanzaban la propiedad que perteneció a sus padres en Dolores de Punilla. En ese momento, se comunicó directamente con el canal y les informó entre llanto: “Estoy muy mal. Es la casa donde fui feliz toda mi vida. La casa rosa es la nuestra y le está llegando el fuego. Es tremendo".
Entonces, contó que "esa casa se llama ‘Flor de Durazno’", en honor a una novela que escribió su tío abuelo Huego Wast ya que la escribió allí. Además, reveló que "(Carlos) Gardel filmó su primera película, Flor de durazno, en 1917".
Por otra parte, comentó que estuvo de visita en el pueblo el fin de semana y "el domingo, estuvimos en la fiesta patronal y todos le rezamos a la Virgen de Dolores para que llueva". Sin embargo, explicó que “una casa la podés arreglar, pero la naturaleza no tiene reparación. No hay nada que ame más que el monte y desgraciadamente, el monte no se puede recuperar”.
Y aprovechó para hacerle un especial pedido al gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, para que utilice “plata en los aviones hidrantes. Tenemos que tener la provincia preparada porque cada vez está más seca. Gastemos la plata en lo importante".
Cómo vivió Mercedes Ninci el incendio de su casa de la infancia
En diálogo con Infobae, la periodista contó cómo se enteró que las llamas había alcanzado su hogar: “Prendo la tele, pongo TN y veo el fuego en mi pueblo, Dolores de Punilla. Tenía el miedo más profundo: que la cámara empezara a hacer un paneo y llegara mi casa, la casa de la familia de mi mamá. Imagínate que estuve toda la mañana hablando con la gente del pueblo, con mis amigos, con mis primos, con todo el mundo que está allá, pero no pensé que el fuego iba a llegar con tanta intensidad".
Incluso, Mercedes Ninci contó que esa casa fue muy importante para ella porque "yo tuve una infancia bastante triste y, cuando íbamos a Dolores, era como que todo renacía, todo relucía, todo… Nos juntábamos toda la familia y los amigos, todos los años. Los febreros son sagrados para nosotros en Flor de Durazno. A mis hijos les encanta también. Es tremendo porque no va mucho más allá de lo material".