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Por Juan Manuel Domínguez | Publicado en la edición impresa de Diario Perfil
Mario Pergolini vuelve a la televisión. Es más, desde mañana y hasta el viernes, todas las noches a las 21.00 en Nat Geo, Pergolini será la voz de Los 2000, la serie original del canal que se plantea como continuación de Los 80 y Los 90, acercamientos detallistas y lúcidos a las décadas en cuestión. El mismo Pergolini la define: "Casi hago la de los 80, casi hago la de los 90. No hice ninguna de las dos. La de 2000 está interesante porque tiene que ver un poco con el lugar donde estoy ubicado ahora. Es cuando empieza la tecnología, empieza Napster, YouTube, Jobs con su camisa negra, Silicon Valley empieza a ser un valle conocido. No es un regreso a la televisión, digamos, por lo que se entiende formalmente como un programa de televisión de los que solía hacer. Es el mejor acercamiento que puedo tener a la televisión hoy en día".
—De vez en cuando se vuelve a rumorear que volvés a la televisión de aire, ¿por qué creés que sucede? ¿Te extraña la TV?
—No. Para nada. Por suerte, cada vez tengo menos ofrecimientos para volver a la tele, y la verdad es que si hay una tele de contenido interesante hoy en día, creo que está en señales como National Geographic, donde los entretenimientos están curados de otra forma: desde muy masivo hasta de divulgación. Ahí tengo un acercamiento mucho más interesante. Si pienso qué hay de inversión real en la tele, te podría decir lo que hay en escasas producciones de ficción; el resto son un montón de mesas rodeadas de diez tipos que hablan de macroeconomía, de Jelineks. Estamos hablando de un periodismo que hace algo de una foto de Twitter. Incluso en la vida política, ya ni siquiera dan discursos: dicen que decir vía Twitter es una forma de decir lo que quieren, totalmente unilateral. Y el periodismo lo ha aceptado.
—Pero ese discurso irreverente, que alguna vez fue marca de “CQC” y de tu forma de hacer TV, lo tomaron los políticos, por ejemplo la política comunicacional K...
—¡Lo agarraron los noticieros! La televisión abierta ha licuado el contenido. Un poco porque perdió sus televidentes, porque hay una generación sub 30 que dispone de sus tiempos de otra forma, porque la tecnología la ha atravesado. Estamos realmente en un cambio social muy interesante. La televisión no ha podido encontrar una dinámica que pueda monetizar. Hacer Algo habrán hecho hoy es imposible. Te dicen "Andá a National Geographic". Acá soy la voz en castellano para este país de algo mucho más gigante, con una inversión global.
—¿Volverías?
—Mi tele es Vorterix. Mi forma de ver televisión es Vorterix.
—¿Fue difícil arrancar? ¿Necesitan proyectos así de asociaciones con el poder?
—Hace cuatro años, que fue cuando nacía Vorterix, fue difícil. Entender que nacía algo digital, que nunca fue concebido como algo analógico. Nunca fue "veamos la radio por streaming". Siempre fue generar contenidos diferenciales, como tener el teatro. Nacimos digitales. Tenemos tanta audiencia por internet como tiene cualquier radio líder. Le ganamos en tiempo al resto.
—¿Ves a Tinelli en la AFA?
—La verdad es que ésa va a ser una elección incluso previa a las elecciones de Boca, donde me presento como vicepresidente junto a Jorge Ameal. Si me preguntás en realidad si me parece que sea útil ahí, prefiero que haya una persona que entienda claramente el mundo del espectáculo y del entretenimiento porque el fútbol es en gran parte eso, más allá de lo organizativo. Tendrá gente en segunda línea que lo podrá ayudar en las cosas, pero si yo llegara a la vicepresidencia de Boca, me gustaría sentarme con un tipo al que pueda decirle: "Vos sabés muy bien que un programa de 30 puntos no gana el mismo dinero que un programa de 5 puntos. Renegociemos contrato. Boca se merece un mejor contrato. River se merece un mejor contrato". Va a entender que hay ciertas cosas tecnológicas que pueden ser usadas porque van a ser valores reales en donde el fútbol va a encontrar dinero porque es un entretenimiento. Un mundial es un entretenimiento, un jugador es una marca, un club... eso no le saca la pasión. Pienso que él pensará lo mismo. Que el fútbol necesita generar, si bien genera mucho dinero, y que tiene muchas cosas más auténticas e interesantes para brindar que armar mal los campeonatos y que sea un negocio, no digo turbio, pero inentendible.
Mauricio Macri. El lunes pasado, cuando ya se sabían los resultados del ballottage, Pergolini dijo desde su programa de radio: "Lo importante es que lo hagamos todos juntos ahora. Relajarse. Nada puede cambiar. Bienvenidos todos a esta república. Con lo bueno, con lo malo. Ya está. No discutan más. No hay nada que discutir. Relajensé, por Dios. Ya está. Cuatro años para relajarse. Prometemos no decir nada de nada. Boludol compuesto a partir de este momento". Claro que, antes de ese instante, estaba lo que le había dicho al presidente electo durante una entrevista antes de la elección decisiva.
—Le dijiste a Macri "no nos cagues" al aire. ¿Por qué sos capaz de decir algo así?
—Invité a los dos. Y vino uno solo. Se lo hubiese dicho a los dos candidatos. Hemos escuchado estas campañas: cien avisos cada media hora donde te dicen que por vos dejan la vida, y decís: "OK, dijiste todo esto, te lo digo de corazón: no nos cagues, hacelo". No lo pensé. Pensé que mucha gente en la calle se lo diría. La situación fue rara. Estábamos solos. Y se me queda mirando. Creo que lo sintió como auténtico. La respuesta es: "No... imposible". Hubiese sido más lógico que me mande al carajo. Se lo hubiésemos dicho a un montón anteriores: a Carlos, a Eduardo, a Cristina.
—¿Falta esa actitud en los medios?
—En épocas de redes sociales la discusión se vuelve muy rápida y muy virulenta. No tenés mucho tiempo para pensar "¿por qué le dije no me cagues?". No le encuentran una parte honesta. Está bien, para eso son las redes sociales. A veces digo, bueno, Caiga quien caiga en un punto es un primer gen, es eso. Es más "qué le diríamos", no "qué les preguntaríamos a los candidatos". Me impresionó lo que generó. A lo mejor gente como yo no debería estar en los medios. Mi mujer me dice: "¿No lo pensás dos segundos?". A mí hasta me pareció tierno.
—Entonces, ¿por qué pensás que podés decir algo así?
—He vivido tan expuesto, en mis últimos veinte o treinta años, que creo pude tomar un poco de distancia. Es eso, el "no me caguen". Yo no tengo que responder frente a nadie. Esto es lo que soy. Cuando termine esta nota, no veo los comentarios que aparecen abajo...