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El cantor y bombista Alfredo Ábalos, una de las figuras legendarias y esenciales del folclore, regresará el viernes a escenarios locales para presentarse en la sala del ND Ateneo junto a Martín Abalos y La Pesada Santiagueña y mostrar clásicos de su repertorio y algunas canciones que integrarán un próximo disco que, anticipó, “será una especie de despedida”.
En charla telefónica con Télam desde su casa en un barrio de la capital de Santiago del Estero, provincia que eligió como su lugar en el mundo desde hace unas cuatro décadas, contó que “ando preparando temas para un disco nuevo para el que contaré con los amigos de siempre”.
Tan amable como contundente y parco, anunció que las canciones que registre “serán una especie de despedida para dar forma al disco del estribo como se dice”.
Semejante anuncio en torno a un artista que fue construyendo un universo estético sobre el que el arte folclórico encuentra un cauce para fluir con hondura y libertad, Abalos lo justificó diciendo “y bueno, ya tengo 73 años”.
A la espera de ese registro con el que cerrará una trayectoria imponente, el artista llegará el viernes desde las 23 a la sala sita en Paraguay 918, Capital.
“Como siempre, estoy buscando el mejor repertorio y trato de hacer lindas cosas para que la gente se sienta feliz porque la gente que va a verme, sé que me quiere”, comentó.
En esa línea de pensamiento que define un estilo donde la conexión profunda no es sinónimo de tribunear, el “Gordo” reflexionó que “a la hinchada le gustan las cosas que yo canto”.
“Si me piden, complazco, y si no, canto lo que considero y siento”, resumió el hacedor de una discografía en la que se cuentan “Herencia folclórica”, “Silencio canta Alfredo Abalos”, “La voz de la chacarera”, “Moneda que está en el alma”, “Se pierde si no se da”, “Cuando de cantar se trata”, “Las coplas de la vida”, “Con la conciencia tranquila”, “Una quimera más” y “Te digo, chacarera”.
La presentación porteña del artista sumará las presencias de La Pesada Santiagueña y su hijo Martín que, adelantó, “quizás me acompañen en algunas canciones”.
Estos dos aportes signados por lo sanguíneo (La Pesada es impulsada por otro de sus hijos, Santiago) sumarán colores a un concierto que puede ser de los últimos de Abalos en Buenos Aires.
“Hace tiempo que no voy -explicó- porque pasan los años y uno se cansa de tanto viaje y de tanto hotel y se va haciendo cada vez más duro tanto viaje”.
En esa línea de pensamiento y de acción, el músico se amparó en ese cansancio para justificar que “desaparecí un poco de algunos lados”.
El intérprete abundó que “en estos últimos tiempos anduve haciendo algunas cosas por el interior, pero elijo quedarme aquí en casa con mi familia porque aunque hay un público que quiere verme, yo no dependo de nada”.
Dueño de un pensamiento que ha plasmado en una obra consecuente, Ábalos ha sabido denunciar “una penetración cultural que es tremenda. Y un pueblo sin identidad está a un paso de la dominación. Ese es el problema que a mí me preocupa constantemente, y vivo renegando por eso”, pero ahora prefiere no hacer públicas esas sensaciones.
“Escucho la radio todo el día y le pongo la oreja al folclore pero sin analizar. Disfruto o critico, pero lo hago para mí”, resumió sin querer desatar polémica alguna.
Télam