jueves 28 de marzo del 2024
DE PASILLO 06-12-2015 13:09

Lali Espósito: "Nunca se habló tanto de mi vida privada"

La protagonista de Esperanza mía, de novia con Mariano Martínez no sin escándalo, asegura que su trabajo es a pleno, y es obsesiva, aunque se diferencia de la productora de Teen Angels, con quien trabajó. Hoy y mañana cierra su gran año en el Luna Park con el musical. Galería de fotosGalería de fotos

Por Alfredo Mera | Publicado en la edición impresa de Diario Perfil

Todo lo que toca lo convierte en oro. Además de protagonizar la ficción local más vista de 2015, Lali Espósito reventó taquillas con Esperanza mía en el Opera, tiene dos discos muy vendidos (el de la tira en El Trece que encabeza con su amor, Mariano Martínez, y el autogestado A bailar), compartió escenario con Ricky Martin, Joan Manuel Serrat y teloneó a Katty Perry, y ya cortó más de 350 mil tickets con la gira de su álbum, desde abril de 2014 en el Opera y cerrará dos años después en Tel Aviv. Ganó dos premios Gardel, un Tato y fue nominada a los Grammy .

"Lo que me pasó con Ricky Martin es un buen ejemplo. Viví todo con mucha intensidad, pero al otro día ya estaba pensando otra cosa. Eso te ayuda a mantenerte activa arriba de un escenario, pero también a tener en claro que todavía no ganaste nada. Cuando veo que alguien se la creyó, no lo soporto", dice mirando a los ojos con una seguridad que podría sonar impropia de sus 24 años. ¿De dónde viene esa manera de ser? Cree que es natural. "Así me tomo la mayoría de las cosas. Soy expeditiva, de tomar muchas decisiones todo el tiempo", responde mientras se prepara para cerrar el año con Esperanza mía hoy y mañana en el Luna Park.

—¿Llegás a disfrutar de este momento?

—No me permito la injusticia de quejarme. Soy muy cuidadosa cuando estoy cansada. Cuidadosa de mis compañeros, porque por más que esté agotada hay que mantener la energía con la que empecé. Creo que hay que tomarse las cosas levemente "voladas".

—¿Qué cediste cuando produjiste tu disco?

—Este es un mundillo en el que hay mucho depositado en uno. Hasta cosas que no tienen que ver con lo artístico depositan la industria y el negocio. Está bueno estar frío, con los pies en la tierra. Cuando iba a sacar mi disco pude haberlo hecho con una multinacional, pero quería hacerlo a mi manera, con mis amigos en Villa Urquiza.

—¿Te da miedo perder lo genuino ahora que estás en una multinacional?

—No, porque tiene que ver con el crecimiento también. Te sentís un poco más presionado, pero bien. Sony llegó en un momento donde ya había plantado la semilla de lo que quería. Saben desde mi estilo hasta qué ropa me gusta.

—¿Cómo te acompaña tu familia?

—Siempre se tomaron todo con naturalidad. Somos gente de clase media, que no viene de lo artístico y que nos costó mucho todo. Yo ganaba un montón de plata siendo chica, reanormal mi caso. Mi viejo era director de fútbol y mi mamá empleada. Jamás se metieron en un set. Son supervergonzosos, vos veías a otros padres y te querías morir. Siempre me cuidaron naturalmente. Nunca me tuvieron que bajar de un hondazo.

—¿Estás contenta?

—Lo más lindo es que sé quién soy. Sé qué elijo y quiero como persona. Agradezco que tengo a mi amiga de toda la vida y a mi hermana. Este laburo es muy difícil, te cruzás con gente que todo el tiempo dicen ser tus amigos, pero yo no me hago amiga de cualquiera.

—¿Cuánto te metiste en el personaje de Esperanza?

—Mucho. Pol-ka es la productora número uno y yo una pichi, pero me metí igual y me dieron mucha bola. Siempre le agradezco a Adrián el lugar. Me junté con él y me preguntó: "¿Cómo se hace un musical en tele?2. Le dije que no sabía nada, pero tengo la experiencia de trabajar con Cris Morena muchos años. Sugerí y traje gente que se pusiera a laburar en la música del programa, compuse canciones para Esperanza porque Pol-ka me dio mucha soga, en la previa.

—¿Te dan ganas de ser productora?

—Me encantaría. A corta escala me siento mi productora y fantaseo con producir a otros. Ya llegará el momento en el que sabré lo suficiente como para hacerlo. En mi gira, me senté con mi equipo y llevé mis diseños del escenario que quería. También llamamos a genios, como mi ingeniero de sonido. Al principio no le podíamos pagar. Yo era mi propia productora y no podía pagar lo que él vale, así que tenía que sacar de otros laburos para bancarme el show.

—¿Tomarías a Cris como modelo si fueras productora?

—El laburo con ella no se lo banca cualquiera. Es tremenda, pero bien. Pone una inversión que no pone nadie. Un año quería que volara un avión del tamaño del escenario del Gran Rex, algo que acá no existía y se trajo a un tipo de Londres para que lo hiciera. Si hay que ensayar, se ensaya todo lo que sea necesario. Si te dijo tres veces que entres la tela, a la cuarta no te lo va a decir bien.

—¿Te ves siendo así?

—No (ríe). Jamás tendría esa "dureza". Se la admiro y me saco el sombrero.

No come carne al mediodía, así que dos milanesas de soja con ensalada verde es su menú al mediodía. Come sano desde chica. En su casa cuando hacían algo pesado, ella pedía pollo. Aunque si estuviera en una playa tomando sol se tomaría un trago y comería cualquier cosa. "Ahora es tan largo el día que como liviano, y en dos horas vuelvo a comer. Como harinas, de todo, pero cada pocas horas", explica ella que se cuida siempre.

—Con todo lo que se habló antes de que blanquearas tu relación con Mariano, ¿tuviste más cuidado al grabar las escenas de amor?

—Pienso sólo en lo que estamos contando, te lo juro por Dios. Ni en mí ni en Mariano, sino en cómo los personajes esperaron que llegara ese encuentro. Pensamos en el público del programa y nada más. Después, claro, en la primera charla que tuve con el director hablamos de cómo se me iba a ver, que se me viera sólo espalda, pero nada en especial.

—¿Llevan el trabajo a la vida privada?

—Eso lo hace la gente en realidad... Nos aconsejamos, nos preguntamos sobre escenas y libros. También es mi compañero de laburo. Es que yo no corto nunca, soy enferma del trabajo. He llamado a Adrián Suar a las 23 para comentarle una escena. En este trabajo no hay horario.

—¿Te importa el qué dirán?

—No, uno sabe.

—¿Y ser creíble?

—Todos queremos ser creíbles y queribles. Cuando no me creían que no estaba con Mariano entendía, pero cuando las cosas son mías yo elijo en qué momento decirlas. Nunca se habló tanto de mi vida privada, pero jamás me manejé bajo presión. Yo estuve siempre de novia, nunca tuve una vida privada rica para la prensa. Este es un caso muy particular.

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