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Guillermo (Chávez) está desesperado: no sólo está a punto de perder al hombre que lo ha movilizado –Pedro (Vicuña)–, sino que Ana (Pelicori) sigue sin aparecer.
Inesperadamente, Camila (Cardinali) se presenta en el estudio, no para hablar con Pedro, su futuro marido, sino para confesarle a Guillermo que, durante su despedida de soltera, Ana se alcoholizó y tuvo sexo con el stripper que animó el festejo.
El abogado está desconsolado, sabe que Ana necesita ayuda urgente, un tratamiento serio que le permita salir del infierno del alcohol. Por eso, decide salir a buscarla, pero no hay rastros de su mujer por ningún lado… Guillermo teme que Ana haya tomado una trágica decisión.
Poco después, la encuentra encerrada en su cuarto, profundamente dormida, abrazada a una botella de whisky. Guillermo no tolera aquella imagen. Sin dudarlo, le dice a Ana que no permanecerá un segundo más en esa casa, que es necesaria una internación. De este modo, el abogado se enfrenta a la decisión más difícil y dolorosa de su vida.
