martes 23 de abril del 2024
DESTACADA 07-10-2017 17:57

Por un cine erótico, nacional y popular

Por Gustavo Mendez | Las actrices protagonizan Desearás al hombre de tu hermana, película de alto voltaje sexual. “Pampita” cuenta que tuvieron un coach para las escenas de sexo. La rubia sostiene que el cine argentino necesita salir de la comodidad. Sus relaciones con Monaco y Caponi.

Nadie tomó la posta de Armando Bó en cine nacional desde su última cinta, Una viuda descocada, en la que tal vez fue la mejor actuación de “Coca” Sarli en pantalla grande. Aquel cine erótico con el que Bó marcó una época y que estuvo guardado en un cajón, es el que eligió el director Diego Kaplan en Desearás al hombre de tu hermana. Escenas de sexo —algunas rozan lo explícito—, tanto en el barro como en la selva, dominan un relato cargado de tensión sexual durante los 60-70s por el que cabalgan dos hermanas: Ofelia (Carolina “Pampita” Ardohain) y Lucía (Mónica Antonópulos). Es decir, la morocha argentina que debutó en cine con un papel jugadísimo, y la actriz más francesa de estas pampas.

—¿Vieron las películas de Armando Bó con la “Coca” Sarli?

Carolina Ardohain:—Sí, claro. Pero para mí esta película me parece mucho más ágil que las de Armando Bó. Todas las escenas tienen mucha información, tal vez se van para el lado de Armando Bó por la época en que está ambientada (va entre los 60 y 70), pero Diego es más rápido, no da respiro.

Mónica Antonópulos:—Si, ¿quién no vió alguna de las escenas de la famosa “Coca”? Y las famosas frases y cuentos delante y detrás de escena. Creo que Diego como director tiene un montón de referencias y la época hace mucho que se conecte con Bó, por la forma de decir los textos, la voz más colocada de aquellos años, quizás la sensualidad de la mujer. Después veo más referencias a Tarantino o Almodóvar.

—¿El público argentino está preparado para ver penes por doquier y escenas de sexo oral en pantalla?

CA:—Acá no estamos acostumbrados, pero es lo más normal del mundo. Hace poco vi una película en que (Michael) Fassbender sale con su miembro masculino. Afuera ves una serie cualquiera y son super explícitas y el actor no se inmuta con eso y el público tampoco.

MA:—La película, por los personajes que tiene y lo que cuenta, es una película de culto comercial. Porque además de la cantidad de planos exquisitos, y arte que tiene, la lente de Diego, el cine nacional quizás no es tan dinámico, y Diego hizo que esta película sea arriesgada, que salga de la comodidad del cine argentino más tradicional. No estamos acostumbrados y hay que celebrarlo. Por ahí al que le gusta el cine más lineal no va a entender lo que vio pero seguramente va a salir estimulado.

CA—Hay que dejarse sorprender. Andá, sentate y te vas a dar cuenta que a esto no lo viste nunca. Se van a sentir perturbados, sintiendo cosas, y eso no pasa siempre. No es una historia más. A veces la popularidad está aburrida, necesita algo nuevo, una mirada desde otro lugar. Yo la vi y te juro que no podía respirar y por momentos teniamos risas nerviosas.

—¿Cómo te viste en tu debut, Carolina?

CA—Me vi exactamente como siempre dijo Diego que iba a ser, que iba a ser provocadora, que se iban a reir de los nervios, que se iban a incomodar, que las iba a provocar, y eso pasa.

Ya empieza y te coloca que esto va a ser de esta manera y no para nunca.

MA:—Me gusta el cine, disfruto de hacerlo, y me generó mucha felicidad como expectadora y decir “que genial que esta película sea argentina”. Me generó mucho orgullo. Estuvimos todos potenciados y cuidados.

—La tensión sexual es el hilo conductor de la película. Carolina, tenés cinco escenas de sexo y Mónica, dos. ¿Cómo las trabajaron con el director y sus compañeros Juan Sorini y el brasileño Guillherme Winter?

CA—Ensayamos mucho hasta que se volvió algo natural. Tengo muchas poses muy incómodas, como la que estoy colgando boca abajo, que con Juan empezamos a probar

formas de poses, y después él trabajó en la entrada a la cama como gateando. Tuvimos al coreógrafo, bailarín, Carlos Casella, quien nos ayudó a armarlas, y después todo eso no te importa. Nunca nos sentimos incómodas y no se ve algo grosero en la peli.

—¿Con Pico la viste?

CA—Si, vino a la pasada a la productora. El estuvo en el proceso, no lo hubiera podido hacer sin su

ayuda. Me ayudó a leer los guiones en el verano, me llevaba los chicos al set, en el medio nos mudamos y a la mundanza la hizo prácticamente solo. Tenía el total apoyo de su persona y nunca le oculté nada, sabía en qué proyecto me estaba metiendo y qué tan explícito iba a ser.

—¿Te da tranquilidad que tu pareja, Marco Antonio (Caponi), sea colega, que pueda entender la situación?

MA—Es distinto, sí. Uno al estar más en la

profesión tenes más información aunque a veces no sé si te juega a favor o en contra (se ríe). Hay respeto, es un todo, un proceso. Pero te digo que después de verla Marco subió un video diciendo que está en total desacuerdo que la película sea para mayores de 18 años, sino que no debería salir directamente, y que si Pico se quiere sumar, bienvenido. ¡Está indignado y eso que solo tuve dos escenas de sexo!

—Jane Fonda cuenta en su biografía que por amor y para mantener viva la pasión con Roger Vadim le buscaba mujeres y las metía en su cama, ¿harían lo mismo en caso de que su pareja se lo pidiese?

CA—¿Qué? No, soy muy chapada a la antigua. Soy muy romántica. Para mi todo es de a dos.

MA—No lo sé. Pero imaginate que si Marco pidió que se prohiba la película, creo que es más pacato que la gente que sentenció a la película para que sea mayores de 18. De verdad, no lo diría públicamente qué haría o qué no en ese momento.

—Sus relaciones de pareja no llegan al año, ¿piensan en formalizar el amor con el casamiento?

CA:—Soy una romantica y no lo descarto. Pero las cosas se dan solas, naturalmente, todo se va acomodando

como un engranaje. Igualmente no define mi amor con Juan. Hay una presión exterior de “¿cuándo se casan?” o “¿cuándo tienen hijos?”, como una abuela o tia que las tenés quemandote el oido. ¡Paren, estamos re bien asi! Es esa la sensación.

MA:—Tal vez ahora te digo que si me casaría, pero después me voy corriendo.

Jugarse a lo nuevo

Mónica Antonópulos demuestra sorprendentes dotes de cantante en plena noche de bodas, una de las escenas del film de Kaplan. “Nunca lo exploté porque no me dedico a cantar, no nací con una voz prodigiosa. Tuve que salir a buscar desesperadamente una coach que me ayudara y me entrenó Marie Perticari, y luego fuimos a grabarlo al estudio con Ivan Wyszogrod. Yo, a la actriz, como ahora cantando, la padezco. Padezco actuar, no lo vivo livianamente, lloro a veces”, revela la actriz que terminó de filmar El encanto, en compañía de Ezequiel Tronconi en el rol principal.

Continuar en cine no es un objetivo claro en el horizonte de “Pampita”: “no sé que va a pasar -asegura- , si me llegará un guión tan lindo, otras propuestas, si lo que hice va a gustar o no. El destino me va despabilando”. ¿Las críticas? “No tengo nada que perder. Es mi primera vez. Tengo el orgullo que me gustó el trabajo terminado y que me entregué a los mejores y no podía elegir algo mejor en este primer paso”, dice Carolina, de 39 años. Antonópulos, a su lado, agrega: “Al actor hace al proyecto que elige. Ya elegir lo que eligió ella hace a la actriz que está nutriendo, y ella tuvo una elección super inteligente, salió de un lugar cómodo, y en el oficio se hace mientras se va trabajando. Lo más fácil que uno podría hacer y equivocadamente es ir a buscar y juzgarla. Creo que hay que estimularla, que un personaje como ella, tan mediática, con tanta prensa, logré llevar tanta genter a mi me gusta, y a eso lo trae ella, que la gente venga a verla, y que se arme un despligue de periodistas. Carolina fue muy valiente en que ella pudiera confiar”.

En su faceta de conductora, “Pampita” tampoco sabe si estará en Soñando por bailar. “No sabemos, esta en veremos el año que viene, no me gusta decirlo antes y me voy a guiar por mi intuición”, responde la jurado de Bailando por un sueño.