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Hace un buen tiempo que Carolina Peleritti viene enfocándose con particular esmero en su carrera musical. Y ahora se viene un tiempo de mostrar esa faceta en público con mayor intensidad. El próximo 13 de junio interpretará en el Café Vinilo (Gorriti 3780) un repertorio folclórico de lujo –temas de Atahualpa Yupanqui, Dino Saluzzi, el Cuchi Leguizamón, Jorge Fandermole, Raúl Carnota y Jorge Marziali, entre otros– que luego también presentará en el Boris Club de Palermo, durante el mes en julio.
"Son artistas con una mirada abierta, amplia, muy interesados en otros géneros como el jazz y el tango, compositores que hicieron un trabajo de enorme profundidad", explica la cantante para justificar su selección.
Peleritti se hizo conocida primero como modelo, pero luego se formó con Norman Briski y Julio Chávez e inició una carrera como actriz que incluye trabajos en cine, teatro y televisión. Aunque prefiere no adelantar detalles, su regreso a la pantalla chica estaría a punto de concretarse. Pero ahora es momento de hablar de música.
"Estoy muy concentrada en esto. Empecé gracias a una invitación de Jaime Torres al Encuentro Tantanakuy hace cuatro o cinco años y después me largué. Igual, no es del todo nuevo, yo comencé a formarme en el canto a partir de los 18 años. Y lo hice porque me costaba mucho expresarme, hablar con los demás. Soy una persona muy tímida. Para mí fue una manera de trabajar la voz y sobre todo de encontrar un canal de expresión. Después, de a poco, fui encontrando mi propia voz, la que me da una identidad, aunque me costó mucho animarme a cantar en público", revela.
—Empezaste trabajando como modelo. ¿Sentís que perdiste el tiempo en esa época?
—Creo que no. Respeté mis tiempos internos. En la época en que modelaba no me animaba a cantar. Para mí cantar es mostrarse desnuda, no te podés esconder detrás de un personaje, y en aquella época todavía no estaba preparada. No me arrepiento de lo que hice, no soy de apurar las cosas. Lo que estoy presentando ahora es mi primera propuesta musical, con un repertorio elegido por mí de manera muy cuidadosa. Es algo que siento mío como para elegir titular el espectáculo Muy dentro de mí.
—¿Y te costó despegarte la etiqueta de modelo?
—Sí, porque fue una impronta muy fuerte. Pasar a trabajar como actriz ya fue difícil. Demasiada mirada puesta en lo que hacía y dejaba de hacer... Estudié tres años actuación y estuve en crisis, pero le saqué mucho jugo a toda la experiencia. Ese tiempo de maduración me favoreció.
Cuando repasa su carrera como actriz, Carolina Peleritti siente que todos los trabajos que hizo tienen algo que le sirvió. "Tuve posibilidades de trabajar con artistas con muchísima experiencia, y eso es invalorable. Con Norma Aleandro en La señorita de Tacna y De rigurosa etiqueta, por ejemplo. Lo mismo con los Monólogos de la vagina, donde había un elenco realmente muy groso. Todo eso me hizo crecer. Y en cine, ¿quién dice que es fácil?, la película de Juan Taratuto con Diego Peretti, me encanta", repasa.
Ahora que ha resuelto desdoblar su tarea entre la actuación y el canto, cuando piensa en colegas que ya lo han hecho con éxito, como Soledad Villamil y Elena Roger, imagina también un buen futuro para ella: "Elena es una gran cantante y bailarina –opina–. Yo la vi en Mina y quedé asombrada. Es un ejemplo de perseverancia y aplicación al trabajo. Y Soledad también está haciendo un buen recorrido. Otro caso es el de Rita Cortese. Me parece que cantar te exige un nivel de entrega muy importante, pero también te da una posibilidad tan única de expresarte que los que tienen la chance de hacerlo quedan atrapados. Difícil que después de pasar por la experiencia abandones".
