jueves 25 de abril del 2024
DESTACADA 01-10-2012 01:15

Verónica Perdomo: "Tengo dos angelitos que me cuidan"

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Verónica Perdomo viajaba constantemente a Chile para participar en distintos ciclos cuando la vida se le puso patas para arriba. Casi se muere después de un accidente cerebrovascular y a eso se agregaron una trombosis pulmonar, que padeció estando todavía internada, una operación de cráneo que hizo que tuviera que usar un casco de ciclista por un año entero y el dolor por las muertes fulminantes de su padre y de su hermano, mientras ella aún estaba convaleciente. Así lo relató en una nota publicada en la revista Semanario.

—¿Cómo fue lo de tu hermano?

—Murió un año después de mi ACV. Me habían operado del cráneo. Cuando todo empezaba a mejorar, se me murió mi hermano. Era más chico que yo. Estaba solo en su casa. A la madrugada se levantó para ir a la cocina y tuvo un paro cardíaco tan masivo que en la autopsia decían que no había atinado a poner las manos antes de caer al suelo. Tenía la cara golpeada. Encima, la intervención de la policía...

—¿Buscaste ayuda terapéutica, después de todo esto?

—Sí, con un psicólogo primero, pero hace como un año empecé terapia de grupo. Porque yo estaba siempre pensando en mi problema y preguntándome ¿por qué a mí? Como si sólo a mí me hubiera tocado lo peor. Me puse muy triste con lo de mi hermano. No entendí a la vida. Cuando llegó su primer cumpleaños después de muerto, yo inconscientemente lo esperaba. Sabía que estaba muerto pero yo lo esperaba, y cuando pasó el cumpleaños y no estuvo, sentí un dolor tremendo. Por eso yo digo que tengo dos angelitos que me cuidan: mi papá y mi hermano. Ellos están a mi lado siempre.

Cuando hace poco se acusó a Verónica de estar sobreactuando su dificultad para hablar, se deslizó que la misma producción de Tinelli habría hecho correr esa idea para acicatear a Perdomo y generar así atención sobre un programa que venía perdiendo rating con "Graduados". "Al principio cuando lo dijo Polino, pensé que era un chiste –relata- después cuando la escuchaba a Coronel, no lo podía creer. Yo creo que si fue un negocio para hacer rating, les salió mal porque a mucha gente que le pasó eso reaccionó muy mal".

—¿Y cuál es la verdad?

—Algunas veces hablo re bien y a veces me cuesta. Si estudio, las palabras me salen. Incluso hace poco hasta una amiga dudó de mí.

—¿La gente te trató mal por esta discapacidad?

—Una vez en un bar pedí un café con leche. Hablaba lento. No me salía leche y dije vaca. El mozo me dijo: "¿Son las 6 de la tarde y ya estás en pedo?". Una amiga que estaba conmigo le explicó que había tenido un ACV, y el tipo no lo creyó. Nos contestó: "¡Qué boludas!". Otra vez con un taxista, no me salía decirle: "Déjeme en la cuadra que viene", le decía: "Una cuadra más, una cuadra más", a medida que avanzaba el auto. Y el tipo me respondió: "¿Sos tonta, nena?"

—¿Es cruel la TV?

—Es el reflejo literal de la sociedad. Pero uno puede cambiar de canal si algo no le gusta. También creo que a veces no se ve en la tele que las cosas están cambiando. Afuera también hay mucha gente solidaria haciendo algo por los demás.

—¿Qué estabas padeciendo antes de tu ACV?

Tuve un ACV porque estaba muy triste, angustiada. Lloraba todo el tiempo. Me había peleado con mi ex marido de muchos años. Estábamos juntos desde mis 18 años. No veía esperanza y además trabajaba mucho. Viajaba todas las semanas a Chile. Estudiaba locución porque me decía: "Tenés que estudiar algo porque el culo se va a caer". Iba tapando la tristeza que tenía.

—¿Qué pasó con el sexo?

Horrible. Cuando volví, estaba con pañales y traqueotomía. Llena de sondas. Un año después, no quería ni depilarme para que nada me doliera. Ya no conocía mi “chucha”. ¡Me habían hecho y puesto tantas cosas! Me costó mucho tener sexo. Sentía que ése no era mi cuerpo. Y me costó mucho tener orgasmos. Juan (su pareja cuando le sucedió la tragedia), pobre, me esperó y me comprendió. Con él estuve realmente acompañada -confiesa con los ojos llenos de lágrimas.

—¿Es verdad que en el umbral de la muerte se ven cosas?

—Cuando tuve la trombosis pulmonar, me vi muerta, a mi lado estaba mi tío Cándido, ya fallecido. Y pensé: ¡qué bueno! Ahora voy a poder dormir, ¡la puta madre! Y sentí que me pegaban. Eso era porque los médicos me estaban dando piñas para que los pulmones funcionaran. Mientras duró eso, me veía entrando a un teatro. Me sentía en paz.

Hoy, Verónica está iniciando junto a su ex marido los trámites de separación de bienes. “El hombre que le salvó la v vida”, tal como ella confiesa, porque fue él quien la llevó al médico urgente sospechando un ataque cerebrovascular. Está dejando el pasado atrás y mirando hacia adelante en búsqueda de una nueva vida.

Sigue trabajando con esa culpa que le queda por la muerte de su padre, quien falleció de una trombosis intestinal un mes después de su propia recuperación. Ser mamá le gustaría mucho, pero no ahora. Junto al productor Juan Chappa, el compañero que estuvo a su lado durante todo su padecimiento, siente que la tristeza se le fue.

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