jueves 28 de marzo del 2024
DE PASILLO 03-12-2015 08:34

Lo que nadie te contó de los premios TATO

Exitoina estuvo en los Premios TATO y te cuenta lo que sus protagonistas no quieres que te enteres. Las perlitas de la noche.

La más enojada de la noche fue Mirtha Legrand, quien se retiró furiosa antes del primer corte sin ningún premio. Impecable como siempre, Mirtha se sentó en una de las mesas principales y se mostró de buen humor ante las cámaras. La verdad fue que estaba "muy caliente" por no haber ganado nada.

Al finalizar la transmisión, la fiesta siguió a modo de boliche y allí se vio a varios en situaciones bastante dudosas. Por ejemplo, Natalia Oreiro y Sebastián Estevanez que durante unos largos minutos charlaron, quizás, de un ¿posible trabajo juntos?

Dos de las más divertidas de la fiesta fueron Verónica Lozano y Pía Shaw, que entre otras cosas, se "robaron" el centro de mesa y los cartelitos con los nombres de la suya. Las chicas no se separaron nunca y se quedaron bailando hasta pasadas las 2am.

Al Chino Leunis e Ivana Nadal les tocó presentar un premio. La dupla de "Escape perfecto" subió al escenario y comenzó a anunciar la terna. Sin embargo, fue evidente que el hombre dijo todo lo que había que decir y dejó "pintada" a la morocha, que no dudó en poner caras por su disconformidad.

Luis Novaresio se llevó el Tato por su labor periodística en "Desayuno Americano". En su mesa, la 14, estaban sentados Joni Viale y su esposa, Gustavo López y directivos de América. Lo curioso fue que cuando le tocó entregar un premio a él, no apareció. El motivo: se tuvo que ir 22.45 a América para hacer "Animales Sueltos", que no pudo grabar para estar tranquilo durante la cena.

Calu Rivero deslumbró con su look cuando apareció en el escenario para entregar un premio. Sin embarago, no se la vio nunca en el sálon. Dicen que la morocha sólo fue para ese momento y se retiró. ¿O pasó otra cosa?

Germán Paoloski llegó tarde y "sin querer queriendo" se ubicó en la mesa principal del Trece. Casualmente, al lado de Adrián Suar. Sus colegas, acostumbrados a la estrategia del joven conductor, hacían chistes en las mesas apostando que nunca se movería de ese lugar hasta finalizar la noche. Ganaron todos.

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