En diálogo con La Once Diez/Radio de la Ciudad, entrevistada por Moskita Muerta y Nilda Sarli, Sofía Gala Castiglione habló sobre la posibilidad de participar en Bailando por un sueño, la exposición y la fama.
“Yo al Bailando no iría porque me muero: para mí es un pie a un tipo de exposición que a mí me enferma la cabeza y no me hace bien”, dijo la actriz de "Confesiones de mujeres de 30".
“No podría vivir con una foto cada vez que llego a un ensayo, y me convertiría en un bicho deforme, monstruoso y malhumorado”, agregó, y aclaró: “Al que le guste la fama mediática, que la tenga y explote su mejor lado”.
Pero se diferenció de la “gente que trabaja de ser quién es”.
“Mientras más se habla de la vida privada y mientras más una persona es famosa o conocida por quién es, más se frivoliza y deshumaniza a esa persona”, señaló, y añadió: “Es como si fuera un póster”.
De todas maneras, la hija de Moria afirmó: “No soy de esas personas que dicen: ‘No hablo de mi vida privada’. No te tienen que hacer un papanicolau, ¿qué tiene de malo hablar de cómo sos como madre?”, dijo, y subrayó: “Lo que no me gusta es que me metan una cámara en mi casa”.
Y continuó: “El código se rompe cuando uno ve esta gente nueva a la que le podés meter una cámara adentro del inodoro mientras hace caca, y de golpe van y le joden la vida haciéndole algo a alguien que no vive de eso y a quien le pueden traer problemas de verdad”.
Por último, Sofía manifestó: “Cuando tengo quilombos no salgo a hablar porque me hace daño. Cuando [los periodistas] imaginan algo o escucharon algo y dicen cualquier verdura, si tenés que andar contestando uno por uno te agarra un ataque de locura y no podés seguir en este medio”, aseveró.
Si bien considera que la tele "es peligrosa" y "traicionera", destaca “también es maravillosa. Yo tengo la tele prendida todo el día, como hacía John Lennon”, finalizó.