martes 23 de abril del 2024
TELEVISIóN 04-06-2016 14:44

Fátima Florez: "Hoy Carrió pisa muy fuerte"

La actriz habla de su participación en ShowMatch y revela cómo construye a las políticas que imita: Michetti, Vidal y Cristina Kirchner. Confiesa que espera un llamado de Jorge Lanata para su programa de televisión.

Por Analía Melgar | Publicado en la edición impresa de Perfil.com

Para el público masivo, Fátima Florez es "la que imita a Cristina en lo de Tinelli". Es cierto, pero para llegar a esa consagración se formó como bailarina y actriz. Tuvo un largo camino como intérprete: con Andrés Percivale y Pepe Cibrián, entre otros. La capacidad de transformarse en figuras públicas se visibilizó desde 2012, a través de su participación en Periodismo para todos, el programa de Jorge Lanata. Y la difusión de su labor se amplió aún más con su aterrizaje en ShowMatch en 2014. La presente edición, que comenzó el lunes 30 de mayo, volverá a tenerla, con un despliegue de varias figuras femeninas —sobre todo políticas— que circularán en el formato de Gran Cuñado: "Por el momento no me han convocado de la producción de Lanata; no sé si van a hacer humor... no tengo idea, pero sí ya firmé, por supuesto, con ShowMatch".

—¿A qué mujeres imitarás este año?

Carrió, Vidal, Michetti, Cristina, Stolbizer... también a Vicky Xipolitakis y las que estén en el Bailando y en el jurado.

—Entre tus imitaciones previstas para este ShowMatch, ¿hay una mayoría de mujeres políticas?

—En el año en que yo había estado, no hice ninguna política. En cambio, este año, como en la casa de Gran Cuñado va a haber políticos, yo hago muchas mujeres de la política. Igual, está bueno hacer todo tipo de personajes: de la política, de la farándula... No hay bajada de línea de ningún tipo. Esto es un show televisivo con todo tipo de personajes, no sólo los más importantes de la política del país. Puede aparecer una Charlotte (Caniggia) o una Vicky, que siempre sale en los noticieros por su noviazgo con (José) Ottavis. Su pareja se volvió muy atractiva, como la de (Isabel) Macedo con (Juan Manuel) Urtubey, que también va a estar.

—¿Cómo caracterizarías, según tu interpretación, a algunas de las políticas que estarás imitando?

—A Carrió siempre se la tuvo identificada con lo religioso, pero eso ya quedó atrás. Hoy está pisando muy fuerte. Se la ve denunciando, dando consejos y enseñándoles a otros. Vidal tiene una imagen muy positiva en el público, es como una madre que trata de ocuparse de todo: de los hijos, de la casa, de la provincia de Buenos Aires... no te alcanzan las 24 horas del día, es una mujer todoterreno. Y a Michetti la voy encarar desde el lado de que a ella le gusta cantar, por ejemplo, los temas de Gilda, y que además siempre está al lado de Mauricio (Macri).

—Quienes la critican suelen asociarla al estereotipo de "cheta" con un hablar nasal. ¿Vos lo vas a considerar?

—Sí, tiene un poquito esa forma de hablar, pero tampoco tanto... Lo voy a hacer sutil, pero es cierto que ella habla así, y si hago una imitación, tiene que ser lo más fiel posible.

—¿Cómo es tu Cristina 2016?

—A través de mí, Cristina sigue siendo una mujer con mucha presencia, que sigue muy instalada. No es que se corrió del poder y que la gente ya la olvidó: no, para nada. En este momento, es la presidenta de la oposición. Cuando tuvo que ir a declarar, presentó un escrito y después habló para todos. Parecía que seguía siendo un poco presidenta por cómo se dirigía al público. Ella siente que todavía es presidenta.

—¿Tenés alguna restricción para encararla?

—No, la verdad que no. Es un personaje que hago desde hace varios años. Pero hago todos los personajes, desde el más chiquitito hasta el más grande, con respeto y con dedicación. El límite es el tema de las enfermedades o de las muertes. Con eso no se puede, ni se debería, hacer humor. Son terrenos que yo no toco. Por ejemplo, cuando Cristina estuvo mal hace unos años, cuando la operaron, yo levanté el personaje… También cuando fue lo de Nisman, dejé de hacerlo por muchísimo tiempo. Sí me meto con las cosas que pasan: que aumentan las cosas, que si la inflación, que si el corte de luz... los problemas que tenemos todos los que habitamos este país.

—Entonces, ¿cómo presentás a Gabriela Michetti?

—Bueno, por supuesto, Gabriela está en una silla; es la forma en que ella está. Es la realidad. Me parecería una falta de respeto si la hiciera de otra forma. Ahí sí me parecería una tomada de pelo. Pero obviamente esos temas hay que tratarlos con cuidado y con respeto, sin herir a nadie. Lo último que quisiera es herir a alguien.

—¿Ya están hechas las máscaras? ¿Cómo es el proceso de aplicación?

—Sí, sí, con Andrés Parrilla; ya me hicieron casi todas las máscaras. Se requiere de tres horas entre la colocación de la máscara, el pegado, el sellado, el maquillaje; después, la peluca implica no sólo colocarla sino peinarla, según cómo está peinada la original. A todo esto se suma el vestuario. Así que, en total, son tres horas de preparación para salir a escena.

La política, lejos y cerca

Fátima Florez reflexiona sobre la complejidad de sus personajes y su conexión con el público, pero desmiente la intencionalidad política de su labor artística: "No tengo un personaje más difícil actoralmente. Sí es difícil el hecho de hacer tantos, pero ésa es la parte más compleja y la más divertida. La variedad de personajes te permite soltarte mucho más como actriz y jugar roles. A la gente le gustan muchos personajes, pero por supuesto, el que me nombra todo el mundo, el que me hizo más conocida, es el personaje de Cristina. De todos modos, a mí me va a tocar hacer personajes de diferentes posturas políticas, y los hago desde lo actoral: no me pongo ninguna camiseta política ni bandera política alguna, porque tampoco entiendo mucho ni me interesa meterme en la política. No es mi terreno. Hay que nacer para eso y hay que prepararse, porque en las manos de ellos [de los políticos] estamos todos nosotros. Lo mío es subirme a un escenario, crear personajes y entretener a la gente. Lo mío es entretenimiento. Eso sí: el hecho de que en la Argentina se pueda hacer humor sobre los políticos es bárbaro. Me asustaría que no se pudiera hacer. Si no fuera así, diría: ¿en dónde vivimos?, ¿en un régimen militar?, ¿o estamos censurados? Podemos tener mil defectos en la Argentina, pero que se pueda hacer humor político me parece que está buenísimo, es una muy buena señal de que la gente se puede expresar, de que los artistas se pueden desarrollar y de que el público se puede divertir".

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