viernes 29 de marzo del 2024
MúSICA 07-02-2013 00:20

El fuego de La Salamanca, día por día

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Patio de tierra, chacareras, perros que deambulan con el estómago lleno y una contaminación de bombos rodean a la ciudad santiagueña de La Banda. En ese contexto se realiza el XXII festival nacional de La Salamanca, que tiene una de las mejores convocatorias de público con respecto al resto de las fiestas populares.

Bajo 33, y a veces 41 grados, la fiesta empieza a las 22 y parece no tener fin. Se sabe cuando se entra, nunca cuando se sale. En medio de esa llamarada, propia y condescendiente a la leyenda popular salamanquera, se sube músico tras músico a entonar melodías acompañados de bailarines.

Desde el jueves al domingo pasaron por el escenario Jacinto Piedra más de 50 conjuntos.

Viernes

Marcela Morelo desplegó su repertorio tradicional y en una imagen épica hizo levantar los brazos de las más de 25 mil almas que llenaban el campo.

Acto seguido, Abel Pintos superó las expectativas de los espectadores y sobre todo de las fans, que levantaron polvo tras amucharse junto al escenario con vinchas, carteles y lágrimas. El “suceso Abel Pintos” es casi comparable con la histeria que despiertan los rockeros o los solistas latinos, que levantan un brazo y tienen veinte quinceañeras rendidas a sus pies. En esta oportunidad, tal como lo había hecho con Luciano Pereyra el jueves, Morelo volvió a subir, sorpresivamente, para cantar “Aventura” con el bahiense. Abel toma con calma el éxito, y entre movimientos delicados y bailes apenas perceptibles, despidió a su público diciendo “no a las drogas y no a la trata”.

Las familias que cubrían el césped del estadio disfrutaron del Dúo Coplanacu, quienes recibieron de la mano del intendente Héctor Eduardo “Chabay” Ruiz, la senadora nacional Ana María Corradi y la secretaria de gobierno Soledad Arnedo, una placa homenaje por haber estado desde el principio en todas las ediciones de La Salamanca. También estuvieron el Dúo Orellana-Lucca, Los bandeños, entre otros.

Sábado

El tercer día de la fiesta salamanquera tuvo al carnaval como protagonista, y Los Tekis fueron los encargados de dar el presente con sus trajes coloridos y sus ritmos jujeños. En cuestión de minutos, unieron Humahuaca con Santiago y tocaron canciones de su último disco “Rock & Tekis”, donde hacen covers de ese género interpretados con instrumentos y ritmos andinos.

La espuma fue cómplice de la diversión y espectadora del show del santiagueño Leo Dan. Si bien Jesucristo, según la biblia, dijo: “Nadie es profeta en su tierra”, el autor de “Cómo te extraño, mi amor” o el memorable “Libre, solterito y sin nadie”, desafió el famoso dicho y dedicó unas palabras en alabanza al cielo, y pidió al público que alzara sus brazos en forma de agradecimiento a la noche que estaban viviendo.

Mientras descendía la temperatura y se generaba un clima más fresco se presentaron el bandeño Demi Carabajal, Los Manseros Santiagueños, con una gran ovación y añoranza de aquellos que extrañan el viejo folclore, Canto 4, entre muchos otros que mantuvieron encendido el fuego del La Salamanca.

Domingo

El cansancio no es una excusa para los santiagueños, mucho menos el calor ni la noche. Las puertas se abrieron a las 22, como siempre, y las luces del escenario tocaban el perímetro que rodea el club Sarmiento.

En una velada con 33 grados, la militancia y la cultura se entrelazaron. Rally Barrionuevo fue el plato fuerte, y si se quiere, el más mimado por el público ya que el cantautor perdió a su madre hace pocos días. Lo precedió Bruno Arias, recientemente consagrado en Cosquín y lo sucedió Claudio Acosta, quién hizo subir al escenario a campesinos del MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero).

La española Rosana, escapó al género folclórico e hizo su repertorio clásico y reavivó la llama dela fiesta. También Cacho Buenaventura hizo reír a más de uno y tararear clásicos como “Quiero llenarme de ti” de Sandro. Carlos Cabral subió al escenario y también se presentaron Los Changos. Uno de los últimos números fue el bailarín de los Montes, Juan Saavedra, y su grupo de danzas que dieron un colorido espectáculo entre chacareras, gatos, malambos y otros ritmos.

Lunes

El último día el Chaqueño Palavecino colmó el escenario con un gran número de músicos y desató la polvareda en el Club Sarmiento.

Los cuatro cuerdas dieron un show colorido, y para quienes no los conocían fue atractivo que los dos violinistas de ese grupo bajaran con sus instrumentos a tocar entre el público.

Sin embargo y a pesar de ser un festival folclórico y tradicional, La Nueva Luna puso a bailar al ritmo de cumbia a los más de 25 mil participantes y hasta se dieron el lujo de entonar unas chacareras, haciendo honor al festival.

La quinta y última noche se extendió hasta aproximadamente hasta las 7.30 de la mañana y el pasto, cubierto con restos de la fiesta, dejó en claro que hubo y habrá Salamanca, patio del diablo, para rato.

Por @lapita14 / Fotos: Joaquín Camiletti