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“Fue un volverse a elegir.” La voz de Rolando Hanglin suena emocionada todavía. El viernes, se hizo un espacio en medio de su programa en Radio 10, para conversar con PERFIL luego de su casamiento por civil. El conductor de C5N y Radio 10 volvió a dar el sí el miércoles pasado con Marta Ibánez, la mujer con la que tuvo una hija, se separaron y volvieron a juntarse.
El periodista e Ibánez formaron pareja en 1975, cuando ambos ya habían tenido un fallido primer matrimonio. Vivieron juntos cerca de 23 años, estuvieron 8 divorciados, y se reencontraron hace 6 para no separarse nunca más. Durante todo este tiempo criaron a los hijos de ella: Paula (46), los “colorados” Emilio (44) y Javier (42); a los de él: Camilo (40) y Faustina (38) y tuvieron una hija en común, Salomé (22). Esta última fue una de las testigos de esta segunda boda de sus padres.
Y aunque no fue testigo, quien estuvo también sentada en primera fila –y quien lagrimeó cuando vio la libreta roja firmada por ambos– fue Virginia Hanglin, hermana del conductor. Ella, según contó, fue una de las primeras en enterarse del casamiento: fue en el verano último y por correo electrónico. Conociendo a su hermano, su primera respuesta fue un interrogante simple y directo: “¿Es en serio?”.
—¿Cómo fue este segundo casamiento?
—Increíble, pensá que nosotros hemos estado juntos casi cuarenta años. Unidos, peleados, casados, divorciados. Hemos criado hijos de Martita, hemos criado los míos, se nos han muerto dos hijos, criamos a Salomé que es nuestra hija en común. Hemos sido pobres, hemos sido un poco menos pobres, y la verdad, que siempre fuimos el uno para el otro a pesar de todas las cosas que nos pasaron.
—Pasaron por todo...
—Sí, por eso lo viví muy emocionado. Vivimos una vida entera, y pensamos vivir mucho más. Esta, además, es la primera vez que vivimos en pareja porque siempre tuvimos que criar hijos. Desde los 25 años que nos conocemos.
—¿Qué tiene de bueno, o de mejor, esta segunda vuelta?
—¡Todo es mejor!, porque nos hemos perdonado mutuamente los errores, y la causas que nos separaron desaparecieron, la vida se las llevó.
—Dijiste esta semana que aún te quedaban cosas por descubrir en Martita. ¿Pasa realmente esto cuando estuviste tanto tiempo con alguien?
—Sí, porque ella cambió mucho, y yo también. Los dos pensamos que las personas cambian solamente a trompadas. Nosotros hemos recibido varias.
—¿Es cierto que el día de tu casamiento te mandaron un regalo de la radio y lo recibiste totalmente desnudo?
—(Risas) No, fue un chiste que hicieron. Es porque practicamos el nudismo con mi mujer.
—¿Siguen todavía?
—Sí, por supuesto. Eso es algo que se da para siempre.
Por su parte, Marta siguió el consejo de sus amigas y se vistió de blanco y llevó el ramo que le preparó su amiga Delía Tedín. Con una amplia sonrisa estuvo durante toda la ceremonia con la libreta matrimonial en mano y dijo que la separación tuvo su parte buena, que sirvió para conocerse y hacer algunas cosas que en pareja no están permitidas.
