jueves 18 de abril del 2024
DESTACADA 10-10-2011 09:07

Mercedes Sarrabayrouse, la hija de Susana, ¿con nuevo amor?

“¡No, para nada! Es un amigo mío; es más, quiero presentárselo a Susana”. Contundente y entusiasta respondió una amiga de las que, de verdad, tiene acceso directo a la conductora ante la consulta sobre si ella tenía nuevo yerno.

El lunes, en la cena anual de Fundaleu, Susana ocupó una de las mesas más caras y de las que más aportaron para lograr el millón de pesos que esa noche se recaudó. Aunque llegó tarde porque su programa se había extendido por las presencias de Lenny Kravitz y en especial de Juana Viale, su hija en el lugar aseguraba que la diva aparecería.

Vestida con un diseño de Roberto Cavalli que su madre usó un año atrás en la entrega de los Martín Fierro, Mercedes Sarrabayrouse se mostró radiante, movediza y locuaz y para nada incómoda con los flashes. Había sólo una diferencia: esta vez estaba sin Eduardo Celasco.

Aún en los momentos más sensibles del matrimonio, hay encuentros sociales que, a pedido de Susana, ambos no eludían: la gala de Fundaleu y los premios Martín Fierro. Los tres formaban un bloque familiar estoico ante las cámaras y monosilábico ante los micrófonos si de cuestiones sentimentales se trataba. La conductora no respondía sobre la coyuntura marital de su hija y su yerno, y éstos, educados, sonreían o caminaban sin inmutarse ante preguntas incómodas.

Así se manejaron en mayo de 2010 cuando todos los medios estaban expectantes de la presencia de Mercedes y su marido tras la crisis que se había hecho pública –escándalo pugilístico mediante– un mes antes. En marzo de ese año, unas fotos de Eduardo Celasco caminando por Palermo Soho junto a Victoria Rodríguez, una de las famosas mellizas Petardo, dejaron al descubiero una relación paralela que, según se informó, databa de algún tiempo. Y como tiburón al acecho, Mercedes la ubicó –por casualidad– en la cercanía de su domicilio y la zamarreó en la vía pública.

El escándalo creció, se sucedieron detalles y declaraciones de Victoria pero la palabra separación quedó desechada cuando Mercedes y Celasco aparecieron con Susana en la mesa de los Martín Fierro y con producciones “casuales” de los dos andando en moto en fines de semana en Punta del Este. Así, la pareja sorteó nuevamente la sombra del divorcio que algunas veces los empañó.

Desde entonces, salvo la información del choque que sufriera el yerno de Susana la semana pasada, el espacio mediático que ocupara el matrimonio fue reemplazado y con creces por la hija de ambos, Lucía: nuevo novio, sus looks, y también accidente automovilístico sin gravedad con su impecable MiniCooper.

Por eso, en la cena de Fundaleu, la ausencia de Eduardo Celasco no parecía revelar la existencia de una nueva crisis. Pero al parecer, sí existe. Esta vez sería Mercedes quien habría tomado la iniciativa, una que podría ir más allá: cerrar un ciclo y comenzar uno nuevo y no precisamente en soledad.

José María Miranda es un hombre vinculado por cuestiones familiares a una empresa de medicina prepaga; su ex suegro es uno de los socios de la compañía. Separado, alto, bronceado y con el cabello algo largo, es, como Celasco, un fanático de las motos. Las escasas imágenes de su minimalista perfil de Facebook lo muestran manejando una e incluso con vestimenta de competición.

Joe, como todos lo llaman, y Mercedes parecen estar en esa primera etapa de conociemiento. Ubicado también en una mesa de las mesas principales y sólo separados por la pista de baile, ambos coincidieron en la mencionada cena. Cuando la noche tomó un tono más relajado y los invitados comenzaban a circular entre las mesas o a ocupar el hall de acceso al salón para fumar o simplemente charlar, Joe y Mercedes se movieron de sus sillas y se fueron a conversar fuera del salón.

Como una adolescente algo nerviosa ante el avance masculino, no paró de moverse mientras hablaba, hasta se levantó el ruedo del vestido para mostrarle los zapatos. En otro impasse de la fiesta, él esperó estoico a que ella dejara su mesa que, como allí estaba Susana, siempre tenía fotógrafos a tiro. De esa manera, estuvieron durante toda la noche hasta que finalmente él adelantó su salida y ella, sola, hizo lo propio.

Diario Perfil