viernes 29 de marzo del 2024
DESTACADA 07-10-2011 12:51

El Polaco: "Estuve en un centro de rehabilitación cuando tenía 14 años"

Rubio, de ojos claros, 24 años y evangélico, Ezequiel “el Polaco" Cwirkaluk escapa a los estereotipos tradicionales de un cumbiero, y sus canciones son las más bajadas como ringtones de celulares. Humilde y lleno de tatuajes, es uno de los número uno en la industria tropical, y eso se puede verificar cuando uno entra a Magenta, la discográfica para la que trabaja, y ve en el hall de entrada cinco fotos colgadas: Gilda, Rodrigo, “la Mona” Jiménez, Daniel Agostini y el Polaco. Es decir, de los tres cantantes vivos que penden sobre la pared, uno de ellos es él.

El Polaco le dice “mi mujer”, pero en realidad está en pareja hace cuatro años con la cantante de cumbia Karina, también conocida como la Princesita, y fruto de ese amor nació Sol Celeste, una nena que lleva el apellido Cwirkaluk y es la luz de sus ojos.

Pero no todo ha sido color de rosa para este joven oriundo de Lanús, más precisamente Villa Caraz. En diálogo exclusivo con LIBRE, el Polaco contó: “Estuve en un centro de rehabilitación cuando tenía 14 años. Porque tenía quilombos familiares, mi vieja me quería meter en un juzgado de menores porque no me podía controlar, y yo para que no me metiera, fui y me interné solo, en Córdoba, cinco meses”. Con los ojos vidriosos aseguró que poca gente conoce esa anécdota, y agregó: “Mi viejo estaba internado en Open Door y mi vieja decía que yo era lo mismo que él”. Aclaró que no fueron problemas con las drogas, y aclaró: “Mi única droga es la cumbia. Muero por estar en un escenario y cantar, y me agarra abstinencia si no lo hago. Me he tomado una cervecita de más, pero nada más”.

Se reconoce buscavida e inquieto, y mientras repite: “Siempre fui así”, explicó la hazaña de cómo se escapó de ese centro cordobés donde pasó unos meses: “Agarré, me puse un pantalón de jogging, me puse una bolsa de nylon, jabón, documentos, todo, cinco remeras y salí. Fuimos a cortar el pasto, esperé que se abriera la puerta y me escapé. Me acuerdo de que corrí, corrí, corrí. Empecé a caminar, a pedir monedas, comida. Hasta que junté la plata para el boleto”.

Entre alcohol, drogas y problemas familiares, el Polaco se hizo cargo de sus dos hermanos menores a los 15 años, al mismo tiempo que comenzó con la música. En menos de diez años, es uno de los más seguidos por el público tropical.

Chicas que no superan los 18 años se apostan en la entrada y salida de Pasión de sábado para verlo, y con vinchas y pósters gritan a coro su sobrenombre. Metódico, visionario y organizado, no quiso hablar de dinero, aunque dijo: “Con la plata que gano trato de dejarle un futuro a mi hija. Tengo todo arreglado por si me pasa algo”. Hace unos años circuló la versión de que le había pegado a Karina, ante estos dichos Ezequiel responde: “Yo jamás le levanté la mano. No me interesa lo que digan. Si no, no podría salir a la calle. Además, si hiciera eso no estaría más con ella, me pega un voleo”. Reconoce que con la Princesita son pasionales, y ante la pregunta de cómo manejaba el éxito con las señoritas, entre risas, sostuvo: “Ayer fui mujeriego, hoy no”.

@lapita14

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