Carmen Barbieri y Santiago Bal: separación y escándalo

La separación de Carmen Barbieri y Santiago Bal ya es un hecho. Después del pico de presión que sufrió la capocómica la semana pasada, que obligó a internarla, Bal confirmó a los medios que hizo sus valijas y se fue a una casita que tienen en común en zona norte. Sin embargo, el actor y compañero por más de veinte años de la cabeza de compañía de Bravísima dijo que espera que esta distancia no sea definitiva.

Y no solo los lazos amorosos se habrían cortado: también dieron de baja su relación comercial. El espectáculo que Carmen está armando para el verano en Mar del Plata, que se llamará Barbierísima, no contará con la presencia de Bal, como lo hizo hasta el momento.

Esta separación de una de las parejas más sólidas del ambiente, se debería a que Santiago habría querido seducir a una de las bailarinas de la mismísima obra en la que actuaba su mujer. La chica en cuestión es Ayelén Paleo, que hace unos meses fue señalada como la amante del cómico. Ante estos rumores la chica, 53 años menor que él, explicó: “Al principio me reía. Me decía que le gustaba mi forma de ser, que era muy espontánea. Santiago Bal intentó seducirme, me dijo ‘me gustás, estoy enamorado’. Yo lo que quiero dejar claro es que uno se puede enamorar de una persona, pero si no es correspondida, lo lamento”, dijo Ayelén en el programa de Viviana Canosa.

Después de que corriera una versión que dice que el ex de Barbieri le prestó treinta mil pesos a esta joven, ella aseguró: “Yo tengo un sueldo de bailarina y es un sueldo básico, yo vivo de mi escuela de danza. Él es un caballero, muy educado, no es un pesado. No hubo contacto físico. Me hablaba re bien ella (por Carmen Barbieri). ‘Vos arruinaste un matrimonio de 25 años’, me dijo después por teléfono. Yo quería responderle y no me dejaba”.

“Estoy enojada ahora con lo que pasa, me da vergüenza estar en todos los programas hablando de esto”, concluyó Ayelén, que ya fue desvinculada de la próxima obra que prepara la ex jurado del Bailando 2011.

Sea cierta o no la versión de una tercera en discordia, la realidad es que se terminó una relación que parecía indisoluble.