martes 19 de marzo del 2024
MúSICA 21-03-2018 19:52

El regreso de la música de Pink Floyd

Por Juan Manuel Domínguez | Regresa a la Argentina "The dark side of the wall", en la voz de P.J. Olsson, vocalista líder de "The Alan Parson Live Project"

Si hay una banda, una invencible a la hora de listas, influencias, referencias y saltos evolutivos dentro de la historia del rock, esa es, sin dudas, Pink Floyd. Argentina es un país que ha demostrado la devoción acérrima a la banda creado de El lado oscuro de la luna y por ello, el 23 de marzo al Gran Rex, llega una nueva prueba de fuego: la presentación de The Dark Side of The Wall, un show donde P.J. Olsson, líder de The Alan Parsons Project y varios artistas de The End dejan en claro que The Wall, disco clave de la banda, sigue siendo una obra infinita, que puede generar al menos aquí un show con más de 60 artistas en escena. Olsson habló en exclusiva con Perfil.com y adelanto cómo será el show.

—¿Por qué cree que el legado de Pink Floyd se ha convertido en algo tan poderoso y como eso resiste, o se refleja, en el panorama actual de la música?

—Creo que el poder viene de la simplicidad y de la forma en que perfeccionar el arte de tocar música. Cualquiera de los músciso de Pink Floyd podía tocar más, más exagerado, más detallista, pero eligieron ser lo más simple y ajustado que podían ser. Esa habilidad de encajar todos juntos, de hacer sistema, combinada con letras creativas como pocas y poesía es lo que ha hecho a su sonido algo tan grande.

—¿Qué significa en su vida Pink Floyd? ¿Recuerda la primera vez que los escuchó?

—La primera vez que escuche a Pink Floyd fue en unos auriculares KOSS del tamaño de mi cabeza. Mi hermano Dave los trajo de la universidad. Para un niño de 11 años que estaba buscando respuestas sobre porque la música lo conmovía como lo hacía, ahí apareció la respuesta más precisa jamás.

—Considerando la forma en que la música se consume por estos días ¿cómo un show en vivo tocando a Floyd altera ese panorama?

—La música siempre ha sido grandiosa. Y siempre ha sido mediocre. No veo mucha diferencia en la actualidad. Hay música genial ahora que habla de lo que nos pasa, así como lo había en los años 60. También hay una pila de mierda, como lo había hace décadas. Tengo muchas esperanzas en el futuro y soy un ferviente creyente en que el futuro de la música siempre es el mismo: inspirar al mundo.

—¿Cuál es el cambio más grande que ha visto en la música en toda su carrera?

—Creo que el estado del mundo, el estado social y político, hace que la música sea

más importante que nunca. Hay muchas letras dando vueltas que van al núcleo de lo que sucede en el mundo en este momento. Mucha música con la cuál crecí en los 70 y 80 tenía letras como “Quiero rockear toda la noche y andar de fiesta todos los días”. Quizás por eso mi atracción fue inmediata a artistas como Pink Floyd y Peter Gabriel, de la misma forma que más adulto me interesó Tupac Shakur, que habla con poesía del lugar del cuál venía.

—¿Cree que la forma de enamorarse de la música hoy es distinta a lo que era en otras décadas?

—Creo que nuestro jóvenes están a punto de demostrarnos lo vital que la música

puede ser en cualquier generación.

—¿Qué lo inspira a continuar tocando y particularmente seguir con la obra de Pink Floyd?

—No necesito cargar mi pasión por la música. Soy su servidor, y cada día agradezco su poder con todo mi corazón.

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